El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, huyó a las Maldivas el miércoles, poniendo fin aparentemente al dominio de casi dos décadas del país por parte de su familia después de un levantamiento popular masivo provocado por un colapso económico.
Pero su decisión de dejar a cargo a su aliado, el primer ministro Ranil Wickremesinghe, como presidente interino, desencadenó más manifestaciones, con manifestantes que irrumpieron en la oficina del primer ministro exigiendo que él también se fuera.
La oficina de Wickremesinghe inicialmente declaró el estado de emergencia y el toque de queda con efecto inmediato, luego los canceló, pero dijo que las medidas se anunciarán nuevamente más tarde.
"Se siente bastante maravilloso, la gente estaba tratando de tomar este lugar durante unas tres horas", dijo el estudiante universitario Sanchuka Kavinda, de 25 años, de pie junto a una puerta abierta y destrozada de la oficina del primer ministro. "Pase lo que pase, todos en esta multitud estarán aquí hasta que Ranil también renuncie".
En un comunicado, Wickremesinghe dijo que los manifestantes "no tienen motivos para asaltar la oficina del primer ministro".
"Quieren detener el proceso parlamentario. Pero debemos respetar la Constitución. Por eso, las fuerzas de seguridad me aconsejaron que impusiera una emergencia y un toque de queda. Estoy trabajando para hacerlo".
En el piso inferior del edificio de la época colonial encalado de dos pisos, decenas de manifestantes se reunieron para cantar canciones pop cingalesas. En una habitación cercana con aire acondicionado, se sentó un gran grupo de personal de seguridad armado con rifles de asalto.
Los organizadores de la protesta y el personal de seguridad ocuparon una escalera central de madera en el corazón del edificio, guiando a los turistas hacia y desde el piso superior donde se encuentra la habitación del primer ministro.
En una habitación contigua en el último piso, donde Reuters entrevistó a Wickremesinghe hace unas semanas, los lujosos muebles habían sido empujados apresuradamente hacia las esquinas y una fila de personal de seguridad armado hizo pasar a los visitantes.
avc
