Fallecidos en Turquía y Siria podrían ser más de 20 mil

Prevé OMS hasta 23 millones de afectados por el terremoto

En la nación otomana, la provincia de Hatay ha sido la más golpeada, con mil 647 muertos; en el país vecino, mil 932 personas han perecido; estiman que 1.4 millones de menores de edad resulten perjudicados

Elementos de rescate  transportan a un sobreviviente encontrado entre los escombros de un edificio en Antakya, Turquía, ayer.
Elementos de rescate transportan a un sobreviviente encontrado entre los escombros de un edificio en Antakya, Turquía, ayer. Foto: Reuters

A dos días de los terremotos de magnitud 7.8 y 7.6 que azotaron Turquía y Siria, se confirmó que el número de víctimas fatales ya alcanzó las 7 mil 826 personas. En el país otomano, se registró el fallecimiento de cinco mil 954 personas —de acuerdo con el embajador de Turquía en México, Büyükelçinin Mesaj—, mientras que en el país de Medio Oriente ya son mil 932 personas las que han muerto.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en información publicada por el diario The Guardian, se estima que el número de víctimas podría superar las 20 mil. Adelheid Marschang, oficial superior de emergencias de la OMS, ha dicho que es probable que el terremoto afecte a unos 23 millones de personas, incluidos 1.4 millones de niños, calificándola de “crisis además de múltiples crisis”.

Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró que 13 millones de los 85 millones de habitantes del país resultaron afectados y declaró el estado de emergencia en 10 provincias.

A su vez, el vicepresidente turco, Fuat Oktay, informó que más de 8 mil personas han sido rescatadas hasta ahora de los escombros, mientras que 34 mil 810 resultaron heridas. Asimismo, alrededor de 380 mil personas se han refugiado en albergues u hoteles del gobierno, y otros han acudido a centros comerciales, estadios, mezquitas y centros comunitarios.

Sin embargo, las autoridades enfrentaron críticas de los residentes de Hatay, un lugar muy afectado ubicado entre Siria y el mar Mediterráneo, quienes dicen que los esfuerzos de rescate se han retrasado. El manejo de la crisis por parte de Erdogan podría pesar mucho en las elecciones previstas para mayo, y su oficina ya ha desestimado las críticas como desinformación.

El ministro de Salud, Fahrettin Koca, informó que mil 647 personas murieron sólo en Hatay, el número más alto de cualquier provincia turca, además de seis mil 200 que resultaron heridas y agregó que al menos mil 846 personas habían sido rescatadas allí hasta la noche de ayer. El aeropuerto de Hatay fue cerrado después de que el terremoto destruyó la pista, lo que complicó los esfuerzos de rescate.

“Es como si nos despertáramos en el infierno. No podemos responder a absolutamente nada. La ayuda no viene, no puede venir. No podemos llegar a nadie en absoluto. Todo está destruido”, dijo Osman Can Taninmis a AP, cuyos familiares aún estaban bajo los escombros en Hatay, la provincia más afectada de Turquía.

El invierno ha sido un factor en contra durante las labores de rescate, particularmente en esta provincia, ya que los rescatistas han tenido que soportar temperaturas bajo cero mientras trabajaban para sacar a la gente de entre los escombros.

De acuerdo con Koca, dos mil 749 edificios se derrumbaron sólo en la provincia de Hatay y dijo que el número podría incrementarse. Alrededor de tres mil miembros del personal de rescate se encuentran en el lugar e informaron que su número se duplicará para este miércoles.

Turquía tiene un gran número de tropas en la región fronteriza con Siria y ha encargado al ejército que ayude en sus esfuerzos de rescate, incluida la instalación de tiendas de campaña para las personas sin hogar y un hospital de campaña en la provincia de Hatay.

En Siria, los esfuerzos de ayuda se han visto obstaculizados por la guerra en curso y el aislamiento de la región controlada por los rebeldes a lo largo de la frontera, que está rodeada por fuerzas gubernamentales respaldadas por Rusia.

Los socorristas voluntarios conocidos como los Cascos Blancos, quienes cuentan con años de experiencia rescatando a personas de edificios destruidos por ataques aéreos sirios y rusos en el enclave controlado por los rebeldes, dicen que el terremoto ha superado sus capacidades.

Mounir al-Mostafa, el subjefe de los Cascos Blancos, dijo a la agencia AP que pudieron responder de manera eficiente hasta en 30 ubicaciones a la vez, pero ahora enfrentan llamadas de ayuda de más de 700.

“Los equipos están presentes en esos lugares, pero la maquinaria y el equipo disponible no son suficientes”, dijo, y agregó que las primeras 72 horas fueron cruciales para cualquier esfuerzo de rescate.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) dijo que estaba “explorando todas las vías” para llevar suministros al noroeste controlado por los rebeldes. Su portavoz, Stephane Dujarric, dijo que la carretera que conduce al cruce fronterizo de Bab al-Hawa, la única terminal a través de la cual la ayuda de la ONU puede ingresar al área controlada por los rebeldes, había sido dañada por el terremoto, lo que interrumpió las entregas.

Dujarric añadió que están preparando un convoy para cruzar las líneas de conflicto dentro de Siria. Pero eso probablemente requeriría la aprobación del gobierno del presidente Bashar al-Assad, que ha sitiado las áreas controladas por los rebeldes durante la guerra civil.

Mientras tanto, la ONU liberó 25 millones de dólares de su fondo de emergencias para poner en marcha la respuesta humanitaria. También, los Emiratos Árabes Unidos dieron a conocer que proporcionarán 100 millones de dólares en ayuda, dinero que se dividirá en partes iguales para ambos países, según declaraciones del líder emiratí Mohammed bin Zayed Al Nahyan a la agencia estatal WAM.