Por primera vez en siete meses, Cuba vivió una jornada sin muertes por COVID-19, informó el Ministerio de Salud el sábado.
Cuba atravesó un rebrote del virus desde enero con la llegada de la variante Delta, lo que a su vez obligó a cerrar nuevamente aeropuertos y a endurecer las medidas de aislamiento social. Sin embargo, en las últimas semanas se produjo un control relativo de la pandemia de COVID-19.
El presidente Miguel Díaz-Canel indicó que un plan de vacunación masiva —siendo Cuba la única nación latinoamericana que produce sus propios antígenos: Soberana 02, Soberana Plus y Abdala— había sido clave para el control de la pandemia y auguró que el país se dirige a una “nueva normalidad” en la que el virus no desaparecerá y los ciudadanos deberán cuidarse.
A la fecha, la nación caribeña cuenta con un acumulado de 958 mil 390 casos positivos de COVID-19, y de ellos, ocho mil 279 fallecidos desde marzo de 2020, cuando se conocieron los dos primeros pacientes contagiados y que eran turistas italianos.
Según el Ministerio de Salud, más de ocho millones de personas en la isla —con 11 millones de habitantes— cuentan con la vacunación completa, cuyo esquema de tres dosis es administrada incluso a los niños a partir de los dos años.
Se espera que el lunes se produzca una apertura oficial de las fronteras, el inicio de una escalada de vuelos con turistas que llevará a un nuevo protocolo sanitario en el cual se eliminó la cuarentena obligatoria para los viajeros, pero se les exigirá estar vacunados o presentar el resultado negativo de una prueba. En las últimas jornadas hubo un incremento de transporte público y los niños volvieron a las clases presenciales.
KEFS