Manifestantes y grupos opositores del gobierno de Dina Boluarte redirigieron la movilizaciones de la llamada “toma de Lima” en Perú ante las medidas de seguridad, pues la Policía Nacional movilizó a 11 mil 800 agentes a la capital del país.
Ante el cerco en puntos en los que tenían previstos mítines y protestas con motivo del paro nacional, miles de disidentes reubican sus bases para protestar contra el gobierno y exigir nuevamente la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, a quien responsabilizan de la crisis y los más de 50 muertos que acumula el país desde diciembre.
Desde temprana hora medios de comunicación reportaron el aumento de vallas y presencia policial en las inmediaciones del Congreso, ante las presiones de los disidentes para que se adelanten las elecciones, pues rechazan que éstas sean hasta 2024, lo que da más de un año de gestión a la investigada por genocidio por la represión policial, luego de que la misma Boluarte se dijo dispuesta a dialogar con los disidentes.
Asimismo, se detectó un fortalecimiento de cuerpos de seguridad en la Plaza Mayor de la capital del país y en la Plaza de Armas para evitar nuevos disturbios, pues en los últimos días persisten los actos vandálicos y choques de manifestantes con las autoridades.
Ante una posible escalada en los choques, la Defensoría del Pueblo andina indicó que sus representantes ya se ubican en varios puntos de la región para monitorear la situación, como lo han hecho desde el pasado 7 de diciembre. Asimismo, advirtió que siguen los bloqueos en la nación, debido a las caravanas que se dirigen a Lima.
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