Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y China, Xi Jinping, celebraron su primera cumbre desde que estalló la guerra en Ucrania al abrir la puerta a una “paz duradera”, pese a que en el proceso no participa el líder defensor, Volodimir Zelenski.
En un encuentro que se prolongó por cuatro horas y media, según el Kremlin, ambos reconocieron coincidencias en torno a la propuesta de 12 puntos de Beijing para solucionar el conflicto y fortalecer “el orden global y la multipolaridad”, ante lo que Moscú insiste en calificar como “operación militar”, pero no hubo ningún anuncio oficial en esta visita que concluirá el próximo 22 de marzo.
Incluso, el líder del Kremlin, contra quien pesa una orden de aprehensión por crímenes de lesa humanidad, relegó la discusión sobre Kiev al sentenciar que “habrá oportunidad de discutir” con su homólogo el plan que “leyó atentamente”, mismo que enfatiza el respeto a la soberanía y mantener la exportación de granos, poco después de estrechar la mano de su “querido amigo” ante los medios de comunicación.
Su declaración es un mensaje a Occidente de que no está aislado por completo y que la crisis no es una prioridad o al menos no como para los aliados de Zelenski, y un día después de recorrer por primera vez los territorios anexados recalcó que sus objetivos siguen firmes, pues a pesar de la oferta “pacificadora” de China —que no han logrado Estados Unidos, Francia o Alemania— no hay interés de “devolver” Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jerson, aunque quien fue recibido en Moscú apuntó previo a este viaje que sí es un tema de relevancia, debido al impacto económico que la invasión ha causado a nivel mundial.
Además, los líderes aprovecharon para reforzar su relación, evidenciada ante el mundo en plena invasión, y contar con “logros significativos” de interés común, pues hoy continuarán el diálogo, al que se prevé que se sume el gabinete ruso, según el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
El invitado, señalado por intentar suministrar armas al invasor, resaltó que su lazo “no sólo brinda beneficios tangibles, sino una contribución significativa”, en una crítica a Occidente, al tiempo que el anfitrión admitió “celos” ante el acelerado desarrollo de Beijing, el mayor oponente de Washington, lo que le conviene.
Además intercambiaron elogios para dejar clara su cooperacioón que podría ampliarse por más tiempo. Putin celebró la reelección del comunista —quien sumará 15 años consecutivos en el poder—, ante lo que Jinping respondió con un impulso a la posible candidatura de Vladimir al indicar que “los rusos seguirán apoyándolo”, en otro mandato, en un gesto con el que ve el respaldo del pueblo al plan contra Ucrania y muestra que China sigue ajeno a culpar a Moscú de la guerra; sin embargo, Rusia aclaró que Xi no dijo que Putin estará en los comicios del 2024, tras una década como Ejecutivo.
Y en esta primera jornada hubo gestos de defensa de Beijing a Moscú, pues previo al aterrizaje de Xi su vocero de Exteriores, Wang Wenbin, descalificó la orden de arresto contra Putin, al señalar que en vez de sentar las bases para cesar las hostilidades sólo aumenta la polarización y acusó a la Corte Penal Internacional (CPI) de ignorar la inmunidad de un gobierno que no forma parte de ese sector, sin abundar acerca de la evidencia mostrada por Kiev y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de los crímenes cometidos por el ejército ruso contra civiles inocentes, como varios niños.
En tanto, Occidente sigue a la expectativa de posibles resoluciones de los regímenes, mientras toma acción, pues aliados anunciaron más suministros.
El primero en pronunciarse fue Wa-shington al alertar sobre un posible “engaño” de los asiáticos. El secretario de Estado, Antony Blinken, sugirió que tal encuentro es sólo una “táctica dilatoria”, pues Moscú ya lo ha hecho antes al decir que cesará ataques mientras se refuerza. Y agregó que duda que éstos logren la paz duradera que no han conseguido los aliados de Zelenski.
Por separado, el asesor de Seguridad Nacional de EU, John Kirby, solicitó a China usar su influencia para garantizar la salida de las tropas invasoras.
En tanto, la Unión Europea (UE) acordó fortalecer a los defensores que siguen resistiendo en Bajmut y otras zonas con la entrega de hasta un millón de municiones, como parte de un nuevo paquete económico, de acuerdo con el diplomático regional, Josep Borrell, y Estados Unidos anunció un nuevo impulso de 350 millones de dólares en equipo militar. Por separado, Noruega confirmó que ya envió casi una decena de tanques Leopard a las fuerzas ucranianas.
Tras estas acciones Zelenski agradeció lo que calificó como respaldo “inmutable” de sus socios no sin antes dirigirse a China, pues sentenció en su discurso nocturno que la paz se retomará cuando “el poder del Estatuto de la ONU se restablezca”, en referencia al arresto de Putin.