“Sangriento y bárbaro” calificó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el atentado terrorista del viernes en una sala de conciertos de Moscú que, en el último reporte oficial, ha dejado 143 muertos, y del cual el Estado Islámico (EI) se adjudicó su autoría.
A través de un mensaje en video publicado por la web del Kremlin, Putin confirmó que fueron detenidos cuatro atacantes, quienes buscaban esconderse antes de huir a Ucrania, donde algunos contactos de ese país les ayudaron a trazar las rutas para cruzar la frontera.
De acuerdo con el líder soviético, en total fueron capturadas 11 personas, entre ellas las que facilitaron el transporte, por lo que prometió un “merecido castigo”.
“Todos los autores, organizadores y los que encargaron este crimen recibirán un merecido e inevitable castigo, sean quienes sean e independientemente de que los hayan enviado… a los terroristas, asesinos y bestias, que no tienen ni pueden tener nacionalidad, les espera un funesto destino: venganza y olvido. No tienen futuro", sentenció.
En su discurso a la nación, Putin también destacó la actuación de las fuerzas de seguridad, así como la de los servicios de rescate y la población civil que prestó ayuda a sobrevivientes del atentado, y declaró día de luto nacional el domingo 24 de marzo.
Asimismo, aseguró que Rusia ya introdujo “medidas antiterroristas y antisabotaje adicionales” para frenar que los autores intelectuales del ataque intenten cometer “un nuevo crimen”.
En un inicio se hablaba de 60 fallecidos, sin embargo, el gobernador de Moscú, Andréi Vorobiov, advirtió que la cifra aumentaría considerablemente al paso de las horas, luego de que equipo de rescate aún se encontraban buscando víctimas mortales entre los escombros del Crocus City Hall de la ciudad de Krasnogorsk.
AM