Los equipos del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y del mandatario electo, Luiz Inácio Lula da Silva, enviaron un signo de calma a la población al sellar el inicio de la transición oficial con miras a poner fin a las movilizaciones contra el resultado electoral.
Pese a que los bloqueos no cesan, pues los bolsonaristas mantienen 70 cierres en la región, de acuerdo con la Policía de Carreteras, el gobierno busca dar la vuelta a la página electoral y centrarse en la recta final de la gestión ultraderechista.
Luego de los silencios y breves mensajes del líder de extrema derecha, su gabinete recibió al vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, para definir el proceso de cambio de gobierno de enero próximo, horas después de que medios locales confirmaron que el encargado de Lula en la materia viajó a la capital del país.
Alckmin confirmó este primer acercamiento al compartir las primeras imágenes junto al equipo encabezado por el jefe del gabinete Ciro Nogueira y por el encargado del Presupuesto del próximo año, el senador Marcelo Castro. De acuerdo con la prensa local el representante de izquierda calificó de “positivo” este primer encuentro a sólo unos días de las elecciones.