Una serie de ataques aéreos al sudeste de Myanmar provocó un éxodo de familias, lo que agrava la situación de violencia en el país ahora con el desplazamiento interno.
En los últimos días hasta 10 mil personas de la etnia Karen, que pugna por su autonomía, se refugiaron en la selva y hacia el río Salween, luego de rechazar unirse al golpe de Estado, de acuerdo con medios locales. De este número al menos tres mil han llegado a Tailandia, mientras que los otros continúan en la selva.
Líderes afirmaron que son presionados para unirse al Ejército y reforzar las acciones contra los antigolpistas.
Ante la negativa y hasta respaldo hacia manifestantes que rechaza el golpe de Estado, se reportaron ataques, explosiones y quema de edificios luego de que las Fuerzas Armadas se apoderaran de una base militar en la región, lo que provocó que decenas de personas se vieran forzadas a desplazarse.
Hasta el momento no se reporta si algunos lograron adentrarse en Tailandia; sin embargo, activistas señalan que al menos unas dos mil fueron rechazadas por la nación que no se ha pronunciado en torno a la represión, pero continúan en la frontera, cerca de Mae Hong Son, donde autoridades de esa nación les brindan protección ante la situación de violencia en Myanmar.
En tanto, el primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-ocha, admitió que ya se preparan para un aumento de desplazados en la zona limítrofe, pues según previsiones podrían llegar hasta 15 mil personas.
Además, se reportó que desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, otras víctimas cruzaron hacia la India.
