El gobierno de Israel condenó las declaraciones del canciller ruso, Serguéi Lavrov, en las que aseguró que el líder nazi Adolfo Hitler tenía “sangre judía”.
Al hablar sobre la presencia de presuntos neonazis en Ucrania, sector contra el que justifican la guerra que lleva dos meses, el número dos de Vladimir Putin sostuvo que hasta Hitler tuvo orígenes judíos, desatando una oleada de críticas por la ofensa contra víctimas del Holocausto.
Ante esta situación, el gobierno israelí exigió una disculpa pública por sus dichos de evidente antisemitismo, mismos que calificó de “imperdonables”.
Con ello prácticamente “se culpa a los propios judíos por los crímenes más terribles de la historia”, sostuvo el primer ministro, Naftali Bennett, al condenar la postura del representante ruso.
El líder agregó “Hitler no era de origen judío y los judíos no se suicidaron en el Holocausto” y advirtió que esta vez el Kremlin cruzó una línea y está obligado a disculparse con el pueblo israelí por tal comparativo.
Asimismo, se reportó que Israel ya convocó al embajador de Rusia en Israel, Anatoli Viktorov, para explicar lo que ven como una afrenta contra el país.
avc
