Mientras el mundo voltea al conflicto en Medio Oriente, Rusia aprovecha para fortalecer su relación con regímenes en Asia, en medio de la guerra que mantiene contra Ucrania.
En el mismo día, el presidente Vladimir Putin y su canciller Serguei Lavrov visitaron China y Norcorea, respectivamente, para mostrar que los lazos y coordinación geopolítica en la región siguen tan fuertes como antes del conflicto regional, hecho que aumenta la especulación de que el régimen de Kim Jong-un entregó a las fuerzas del Kremlin equipo militar tras la visita de éste a Moscú en septiembre pasado, pese a las advertencias de Occidente.
Putin mostró en su viaje a Beijing el respaldo comercial y económico que persiste entre socios con beneficios mutuos para profundizar la cooperación, según declaraciones del propio anfitrión.
Rusia resaltó que, pese al aislamiento que vive su nación desde el año pasado por la “operación militar”, su relación sigue firme, contrario a las restricciones impuestas por aliados del Gobierno de Volodimir Zelenski; además, ambas naciones coincidieron en que celebraron conversaciones de “alto nivel”.
En tanto, Lavrov agradeció el respaldo “inequívoco” en medio del conflicto con Kiev, sin precisar si ya recibió armas y municiones de ese aliado luego de que Washington alertara que presuntamente ese lo apoyó con equipo especial como Irán para reforzar a las tropas que buscan retener el control de las regiones anexadas en Ucrania, nación que se mantiene pendiente de este lazo ante un presunto fortalecimiento de los enemigos.
