Vuelven temores de un desastre nuclear

Rusia apaga central de Zaporiyia, para controlar energía

Operadora de la planta advierte que respaldo de enfriamiento sólo durará 15 días; denuncia que invasor busca redirigir recurso a zonas anexadas; Zelenski admite que hay 4.5 millones sin luz

Comensales, en un restaurante a la luz de las velas, para reducir el consumo eléctrico.
Comensales, en un restaurante a la luz de las velas, para reducir el consumo eléctrico. Foto: AP

Nuevos bombardeos rusos provocaron un “apagón total” en la planta nuclear de Zaporiyia, con miras a cambiar la conexión para limitar la energía en Ucrania y redirigir el recurso a las zonas que el

Kremlin se anexó hace un mes.

Según informes de la empresa Energo-atom, los invasores buscan aprovechar la desconexión, tras perder las últimas dos líneas de alto voltaje recién rehabilitadas, para enlazarla con su sistema nacional, y así apropiarse del recurso de la instalación que antes de la guerra representaba la quinta parte de la electricidad para ese país.

Con ello, dotaría de energía a sus tropas y aliados en Crimea, ciudad anexada desde 2014 y que se ha convertido en el punto de enlace terrestre entre sus soldados con los mandos que están en Rusia, así como en Donetsk y en Lugansk, señalados como los principales objetivos por los que el presidente ruso, Vladimir Putin, los invadió hace ocho meses.

Sin embargo, Energoatom admitió que la situación es crítica, pues prácticamente este ataque desató una lucha contra el tiempo que sólo durará 15 días.

A través de su cuenta de Telegram precisó que al quedarse sin energía se activaron los 20 generadores de respaldo de diésel para enfriar los sistemas, hecho por el que los trabajadores ucranianos laboran a contrarreloj para evitar que éste se agote, avivando otra vez el temor de un desastre nuclear que comenzó con los primeros bombardeos en la zona.

Y reiteró que dicho sistema es clave para mantener frescos los seis reactores, pues aunque están apagados, requieren del clima para evitar una catástrofe, como lo advirtió la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) desde hace meses.

Por ello, la firma demandó nuevamente a la comunidad internacional aumentar la presión contra este régimen, para que éste entregue el control de Zaporiyia “por el bien de la seguridad del mundo entero”, al reiterar que los mandos que controlan la zona desconocen su operación.

Y aunque dicho escenario obligaría a los ocupantes, quienes controlan las central desde marzo pasado, a acelerar la reconexión, es posible que lo que intenten sea conectarla a su propio sistema y zonas estratégicas.

Pues según Energoatom darán prioridad a las zonas que Rusia reconoce como suyas, hecho que coincide con una supuesta alianza de los rusos para unir Zaporiyia con Rosatom, responsable de la energía nuclear del Kremlin, pues según agencias las fuerzas rusas obligaron a los empleados a firmar nuevos contratos ahora con esa compañía, pues admiten que ante los combates es imposible trasladar a personal especializado desde Moscú. Por lo que dependen de ellos y por eso los chantajean con sus familias o los mantienen incomunicados, mientras siguen las acusaciones mutuas sobre el riesgo en la región al lanzar proyectiles muy cerca del complejo.

Dichos actos exponen ampliamente la estrategia del Kremlin de dejar a oscuras a las tropas y los civiles ucranianos que siguen en resistencia. Incluso, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reconoció que hasta 4.5 millones de ciudadanos no cuentan con electricidad, a unos días de que reportaran que el país perdió 40 por ciento de sus instalaciones eléctricas. Sin embargo, sostuvo que pese a los ataques, escasez de electricidad y de agua y el temor de enfrentar el peor invierno de su historia, Ucrania sigue adelante en su lucha.

Y aseveró que, pese a los actos de terror, los suyos están muy cerca de la victoria al sostener “en el frente, los chicos avanzan. En cuanto a los granos, los barcos siguen”, y agregó que detrás de esas embarcaciones hay más rusos, horas después de advertir que si Putin acuden al encuentro del G-20 de este mes, él no asistirá a dicha reunión.

Un ejemplo de sus declaraciones fue la recuperación de asentamientos en Jerson, donde sus soldados tomaron el control del edificio que fungía como sede administrativa, para retirar de inmediato la bandera del invasor, mientras éste se sigue replegando, pues el propio mandatario aseveró que “el enemigo está en pánico”, pues no esperaban esa respuesta de Kiev.

Pero no fue el único revés para los de Putin, pues la IAEA desmintió la supuesta evidencia de que Ucrania prepara una “bomba sucia”. Según el director del organismo dependiente de las Naciones Unidas, Rafael Grossi, no hay “indicios de actividades y materiales nucleares no declarados”, luego de revisar al menos tres instalaciones señaladas como posibles zonas de almacenamiento. Dicho golpe se da un día después de que la ONU rechazó crear un comité especial para indagar la presunta operación de biolaboratorios en la nación invadida.