La transferencia de misiles y sistemas defensivos Patriot de Estados Unidos a Ucrania evidencia una mayor participación de esa potencia en el conflicto, acusó el Kremlin al advertir que tal respaldo supone una “guerra indirecta”.
Rusia afirmó que el apoyo “inquebrantable”, como lo definió el presidente estadounidense, Joe Biden, al recibir a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en Washington, representa una escalada. Y apuntó que mientras esa región presume promover negociaciones y hasta una salida pacífica, la realidad muestra lo contrario al suministrar de más armas y equipo militar a Kiev, denunció el vocero ruso, Dmitri Peskov.
Por ello, líderes rusos advirtieron que mantendrán sus objetivos como la supuesta desnazificación del territorio ucraniano, hecho en el que EU podría quedar atrapado, pues prometió capacitar a las fuerzas defensoras para usar dichos misiles. Esto mientras el ejército ocupante mantiene los bombardeos en zonas clave como Donbás y Jerson, que se apropió en octubre, pero donde sigue sin garantizar su control.
En medio de posibles represalias, el líder ruso, Vladimir Putin, minimizó la alianza entre Zelenski y Biden al recalcar que sus tropas cuentan con armas y tecnología más avanzada que la que suministra Occidente a Kiev. Detalló que ese sistema es muy viejo y obsoleto por lo que será fácil de derribar, cuando los locales confían en reforzar su espacio aéreo.
Y lanzó una nueva advertencia contra EU y aliados ucranianos al sostener que, más allá de ese sistema y toda la ayuda militar y económica que le entreguen a la nación vecina, Moscú “siempre encontrará un antídoto (para sus armas)”.
Insistió que su capacidad es mucho más amplia y de mayor poder, en referencia a los S-300, una de las nuevas armas que ha lanzado contra ciudadanos ucranianos como los drones iraníes.
Asimismo, precisó que, aunque su régimen da pasos para acabar con el conflicto, los rivales son los que fomentan la prolongación, pues no hay un verdadero interés de poner fin a la lucha que comenzó en febrero pasado, pese a que Zelenski acusó lo contrario ante el Congreso de EU al referir que Putin ha rechazado las propuestas, pues busca imponer sus condiciones. Y contrario a las acusaciones en su contra aseguró tener la negociación de su lado al advertir que “tarde o temprano” los ucranianos aceptarán un diálogo, de acuerdo la agencia rusa TASS.
Postura que fue replicada por otras voces en el Kremlin, pues criticaron a las naciones y sectores que apoyan a Ucrania, pues Francia, la Unión Europea (UE), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el G7 siguen dotando de recursos a los defensores para que tengan más armas para atacarlos, hecho que Zelenski —quien ya regresó a Ucrania— dijo es crucial para reforzar a sus combatientes, pues definió el viaje a EU como un éxito por el respaldo recibido, mismo que aumentó un día después, pues legisladores aprobaron el paquete económico del próximo año que incluye un nuevo impulso a la ofensiva ucraniana. Y hasta extendió su apoyo al visitar a su homólogo polaco, Andrzej Duda, con quien evaluó la seguridad global y relación bilateral para trazar estrategias conjuntas a futuro.
Al respecto, la vocera de Exteriores, Maria Zajarova, instó a los rivales a pensar en las consecuencias de sus actos, enfocando toda la responsabilidad en éstos, especialmente en el gobierno de Emmanuel Macron, pues aseveró que la intensificación de la llamada campaña rusofóbica tendrá un impacto negativo en las relaciones que, tras la guerra, no se encuentran en su mejor momento.
A este escenario de choques se suman nuevas revelaciones de la ayuda ilegal que recibe el Kremlin, pese a la condena mundial por sus crímenes de guerra, atrocidades y nuevas restricciones a oligarcas y firmas rusas.
Inteligencia de Occidente reveló que, además del respaldo de Irán con más de 200 drones en las últimas semanas, hecho que denunció Zelenski ante el Congreso de EU, los rivales cuentan con entregas de otro régimen afín: Norcorea, justo cuando el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, recorrió el frente de batalla para evaluar los avances junto a sus tropas.
Según fuentes estadounidenses, citadas por Reuters, el gobierno de Kim Jong-un suministró misiles a los mercenarios rusos del grupo Wagner y horas después el Consejo de Seguridad de Biden reconoció una nueva amenaza por la transferencia también de cohetes de infantería, pues se cree que tal región está creando armamento balístico capaz de alcanzar cualquier distancia; hecho por el que el primer ministro ucraniano, Dmitro Kuleba, reiteró su llamado a declarar a esta organización como terrorista y que sufra las consecuencias de su actos.
Sin embargo, dicha agrupación rechazó las afirmaciones al calificarlas de simples especulaciones para tener motivos para sancionar al gobierno de Putin.