Ucrania recupera 146 cuerpos con huellas de tortura

Rusia ataca otra planta y acelera referéndums

Soldados invasores elevan estrategia de “terror nuclear” y ahora bombardean una central nuclear en Mikolaiv, a 500 km de Zaporiyia; tras perder otros territorios, ocupantes urgen acciones para anexarse el Donbás

Soldados ucranianos recuperan los cadáveres de combatientes en Járkov, ayer.
Soldados ucranianos recuperan los cadáveres de combatientes en Járkov, ayer. Foto: AP

Tropas rusas reforzaron la embestida contra instalaciones energéticas del país invadido, mientras aliados prorrusos mantienen la mira en la anexión de territorios en Ucrania y exigen apurar los referéndums previstos en Donbás.

Defensores denunciaron una nueva escalada en la estrategia de “terror nuclear”, como la calificó el presidente Volodimir Zelenski, luego de que invasores lanzaron un ataque contra Pivdennoukrainsk, la segunda planta nuclear en la nación, ubicada en Mikolaiv.

De acuerdo con líderes regionales, el incidente ocurrió a unos 200 metros de las instalaciones, hecho que confirmó la empresa operadora Energoatom al detallar que decenas de cristales del inmueble estallaron tras la caída de fragmentos de un misil y se tuvo que desconectar de la red tres líneas de los reactores por unos instantes, lo que afectó a la población al sur de la nación.

Dichas acciones se registran a unas semanas de los momentos críticos que vivió la mayor central de Europa, localizada a 500 kilómetros de ésta, al quedar atrapada entre bombardeos, incendios y disparos que provocaron la suspensión de algunos reactores y la desconexión de la red eléctrica nacional, avivando los temores de una catástrofe nuclear de grandes proporciones.

Con este panorama, el gobierno ucraniano reiteró los llamados a sus aliados a reforzar el apoyo, pues reiteró que con los recientes ataques aéreos, Rusia no sólo pone en riesgo su territorio sino al mundo entero.

Sin embargo, pese a los nuevos señalamientos, el Kremlin descartó que sean responsables de la supuesta embestida al contradecir los reportes ucranianos, pues según su inteligencia se trata de ataques de las fuerzas locales para justificar su contraofensiva cerca de la frontera.

En tanto, líderes prorrusos que encabezan las Cámaras de Donbás y tienen control de las zonas separatistas de Lugansk y Donetsk urgieron al Kremlin a apresurar los referéndums para anexarse dichas regiones, casi dos meses antes de lo que preveían mandatarios en Moscú.

El cambio fue considerado por Ucrania como una estrategia obligada para el ocupante, la cual podría ser usada para reforzar a los soldados que se mantienen en dichas provincias, luego de perder otros territorios, como el caso de Járkov, donde defensores ya han exhumado 146 cuerpos en una de las ciudades liberadas, de acuerdo con el gobernador, Oleg Sinegubov, quien puntualizó que todas las víctimas presentan signos de tortura y evidencia de posible ejecución.

Y pese a las pruebas mostradas por Ucrania, el Kremlin desmintió que sus soldados cometieran supuestos crímenes de guerra. En medio de la recuperación de decenas de cuerpos enterrados de manera clandestina por los ocupantes, el vocero de Putin, Dmitri Peskov, minimizó la supuesta evidencia al aseverar que se trata de las mismas escenas denunciadas en Bucha hace meses, de acuerdo con declaraciones que dio a la agencia Interfax, y advirtió que su gobierno defenderá la verdad durante esta invasión, al recordar que Occidente refuerza una estrategia rusofóbica.