Tropas rusas lanzaron ataques cerca de la planta nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, minimizando el riesgo nuclear y de seguridad mundial, pese a nuevas advertencias de que esas instalaciones están “fuera de control”, hecho que el gobierno de Volodimir Zelenski caificó como una nueva amenaza.
Horas después de que el líder de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA, por sus siglas en inglés) , Rafael Grossi, exigiera, nuevamente, acceso a esta central, fuerzas invasoras bombardearon Nikopol, ciudad ubicada frente a la mayor planta nuclear, pues sólo los separa el río Dniéper.
Soldados y autoridades defensoras acusaron que los rusos lanzaron al menos 60 proyectiles contra esta región, golpeando fuertemente edificios residenciales, pues al menos 50 registraron algún tipo de daño y la comunidad perdió la electricidad, debido al ataque aéreo que reforzaron con artillería pesada.
El secretario de ese ayuntamiento, Anatoly Kurtev, indicó que al menos dos de estos ataques cayeron en las afueras de la ciudad que alberga la principal planta nuclear de Europa, y que aunque un edificio fue destruido, no hubo víctimas que lamentar.
Al respecto, expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra advirtieron que podría tratarse de actos deliberados de los rusos, como una provocación contra la nación invadida y hasta contra entes internacionales como el organismo de seguridad nuclear dependiente de las Naciones Unidas.
Dichas acciones podrían estar encaminadas a evitar que las fuerzas locales intenten acercarse o hasta provocar a los locales para forzarlos a responder.
Ello los obligaría a disparar hacia la central, que Rusia convirtió en una base militar desde hace cinco meses, lo que aumentaría el riesgo nuclear, pero daría a los enemigos rusos las bases para acusar a las fuerzas de Zelenski de ser las causantes del riesgo que acusan autoridades de seguridad nuclear. Incluso el organismo que analiza la situación bélica dijo que si Ucrania devuelve el fuego se arriesga a una condena internacional.
Otra opción es que los invasores busquen distraer a las fuerzas ucranianas, que en su intento de recuperar la planta mermen la presencia militar en otras ciudades, lo que los ocupantes aprovecharían para hacerse de más bases.
En tanto, a varios kilómetros hacia la frontera, los defensores reconocieron que siguen los fuertes combates en Donbás, específicamente en Donetsk, donde los rusos lanzaron un bombardeo contra una multitud que esperaba el transporte público. La intensidad del ataque provocó la muerte de ocho personas y lesiones a varios más, y se reportaron otras ofensivas en Járkov y Mikolaiv.
No obstante, pese a las nuevas bajas, autoridades resaltaron que recuperaron dos localidades de la zona separatista, lo que muestra que los atacantes pierden fuerza y que aún es posible recuperar ese territorio, como aseveró el mandatario hace unas semanas tras la caída de bastiones como Severodonetsk.