La semana de descanso obligatorio no resultó ser la fórmula que buscaba Rusia para contener el Covid-19, pues, pese a aplicar un confinamiento disfrazado de vacaciones, esta nación acumuló otro récord de muertes.
En su cuarto día oficial no laboral pagado, el país sumó mil 178 defunciones en apenas 24 horas, superando sus máximos de octubre pasado, con lo que ya alcanzó en el último mes 10 por ciento de la incidencia letal que lleva en casi dos años, desde que se detectó la pandemia.
Ante esta situación crítica, pues es el único país europeo con más de mil defunciones en un día, autoridades no descartan ampliar el aislamiento, ya que tampoco se ha avanzado en las tasas de vacunación, pese a los llamados del presidente Vladimir Putin para garantizar la protección con dosis disponibles, como la que ellos mismos desarrollaron.
Esto eleva las dudas en su gestión, pues un informe reveló la semana pasada que las defunciones podrían ser casi del doble de las reportadas, de acuerdo con una revisión en el registro civil.
En tanto, en el mismo continente, Alemania prevé reforzar las medidas sanitarias, pues aún poco más de 30 por ciento de la población no se ha vacunado contra este virus y en la última jornada se reportaron 11 mil nuevos casos.
Para anticiparse a posibles rebrotes, la canciller saliente Angela Merkel prevé aplicar nuevas restricciones a sectores no vacunados, como retomar el uso de las mascarillas, medida en la que anticipan sería respaldada por su virtual sucesor, el centrista Olaf Scholz.