Una nueva oleada de misiles rusos contra seis ciudades ucranianas mató a 37 civiles y desató múltiples condenas, pero sin acciones enérgicas que exige el presidente Volodimir Zelenski.
A días de cumplirse dos años y medio de la guerra, el régimen de Vladimir Putin intensificó su terror y apuntó sus armas a infraestructura civil, lo que coincide con el arranque hoy de la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Washington.
Según el ejército de Kiev su defensa interceptó 30 proyectiles, lamentablemente ocho la esquivaron y un Kh-101 alcanzó el hospital infantil de Okhmatdyt, el más grande de Ucrania y donde aún se atiende a niños con cáncer.
Pero Kiev no fue la única sacudida, también hubo explosiones en Dnipropetrovsk, Kramatorsk, Krivoi Rog —ciudad natal de Zelenski—, Pokrovsk y Slovianks, tema en el que un exvocero de la Fuerza Aérea denunció que el rival mejora sus misiles para dificultar su detección, de acuerdo con el diario Kiev Independent.
Testigos relataron a medios locales y agencias que escucharon el impacto y en segundos quedaron atrapados bajo escombros, mientras que gente a la distancia observó las columnas de humo que indicaban las zonas azotadas.
De inmediato, personal sanitario, rescatistas y voluntarios ayudaron a víctimas en o cerca de hospitales, casas, negocios, escuelas, empresas siderúrgicas y subestaciones eléctricas golpeadas de manera directa o por fragmentos de los proyectiles por la onda expansiva.
Horas después, mientras el Servicio de Emergencia aún labora en la zona, Zelenski confirmó el deceso de 37 personas y 170 heridos, en su mayoría mujeres y niños, mientras socorristas recuperaban cuerpos entre los escombros, pues sólo en la capital se percibieron 10 detonaciones por las que mamás no dudaron en lanzarse sobre sus hijos para protegerlos.
En medio de la conmoción por la que se declaró luto nacional evacuaron a 600 pacientes en ese hospital, de los que 100 fueron reubicados en otras instalaciones médicas debido a que por su enfermedad están más graves, según un mensaje del ministro del Interior, Igor Klimenko, mientras que médicos y enfermeras, algunos aún con sus uniformes ensangrentados, ayudaron a sacar equipo para brindar atención a los afectados.
Ante la nueva embestida, el presidente defensor, quien poco antes firmó un acuerdo de seguridad con Polonia, se lanzó contra aliados y otros gobiernos.
A través de su cuenta de Telegram advirtió que ya no bastan las condenas, luego de que la Unión Europea (UE), Naciones Unidas (ONU) y varios países condenaran la agresión, como el caso de México que exigió el apego a los códigos de conducta del derecho internacional y se solidarizara con las víctimas.
Pero la recriminación de los crímenes no es suficiente para el líder, quien urgió acción para poner fin al conflicto y forzar a implementar medidas enérgicas contra el invasor para que rinda cuentas, pues sus socios “son capaces de hacerlo”, en la antesala de otra reunión de la alianza transatlántica, que ayer comprometió un paquete de 40 mil millones de dólares.
Por ello, la nación adelantó represalias sin especificar en qué consistirán mientras sigue la lucha para impedir que rivales se apoderen de su territorio, al tiempo que descartó al líder húngaro, Viktor Orbán, como interlocutor por la paz.
Además, solicitó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aunque es posible que no hay medidas contra Rusia, actual líder del sector y miembro permanente con derecho al veto.
Muestra de ello es que el Kremlin se deslindó ayer de lo ocurrido y tachó de “falsa” la acusación de un acto deliberado. Incluso, culpó a Ucrania de las explosiones al decir que fue resultado de un misil lanzado por esas fuerzas, pues su objetivo supuestamente es mostrarse como víctima del terror ruso con tal de aumentar la financiación.
