Tras más de un año preso, la justicia peruana sentenció al expresidente Alejandro Toledo a 20 años y medio de prisión por colusión y lavado de activos a través de la firma brasileña Odebrecht.
El Segundo Juzgado Penal Colegiado respaldó la acusación contra el político que presuntamente recibió entre 2004 y 2006 35 millones de dólares en sobornos para favorecer a la empresa para construir los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica, proyecto de 650 kilómetros para conectarla con Brasil.
Durante la audiencia se enfatizó que las anomalías “constituyen y evidencian una clara concertación entre un funcionario, primera autoridad del Estado, y privados”, un claro fraude a la nación, pese a que el exlíder de 78 años refrendó su inocencia tras ser extraditado en un intento de desmentir la evidencia.
Pero la Fiscalía resaltó que las acusaciones se basaron en mil pruebas documentales, testimonios de 100 personas, entre ellas el ejecutivo de la firma ahora conocida como Novonor, Jorge Barata, en las que admitió que Toledo Manrique le exigió incluso tras dejar el cargo sus pagos, acto ante los que el acusado vestido con camisa blanca, chamarra negra y pantalón de mezclilla sólo bajó la mirada.
Al corroborar la acusación y determinar que sus actos eran “un rosario de irregularidades”, la jueza Inés Rojas ratificó la pena solicitada y fincó nueve años por colusión y 11 y medio por lavado contra quien gobernó al país entre 2001 y 2006.
Además, le impuso tres años de inhabilitación para ejercer algún cargo público, como solicitó la Fiscalía, al abundar que fue el líder de mayor nivel involucrado en el escándalo, evidenciando que actuó contra la “neutralidad” que amerita el cargo. Incluso, al concluir la audiencia destacó la acción como histórica al refrendar que en Lima la corrupción se castiga y éste saldrá hasta cumplidos los 97 años, lo que recuerda que dos sucesores de Alejandro Toledo siguen en la mira por el caso Lava Jato, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski.
Y destaca que esas investigaciones también alcanzaron a otras naciones, pues Odebrecht sobornó a líderes y ministros de varias carteras para obtener permisos millonarios de construcción, hecho que en el pasado también llevó a prisión al exlíder y de nuevo mandatario en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Con esta decisión, Alejandro Toledo se convierte en el primer exmandatario de Perú en ser declarado culpable por este caso, pero el segundo en ir a prisión por corrupción, después de Alberto Fujimori, quien falleció el mes pasado tras casi un año libre. Con ello volverá al penal en Barbadillo, sitio en el que también está recluido Pedro Castillo desde 2022 en su caso por rebelión tras el intento de disolver al Congreso y desatar las peores y más violentas protestas en la región.