Ante el confinamiento severo por un brote de COVID-19 en Shanghái, una mujer convirtió una cabina telefónica en refugio para aislarse.
De acuerdo con medios chinos, la residente, una trabajadora migrante de 50 años, no tenía vivienda y se instaló en el reducido espacio desde inicios de abril, debido a las restricciones impuestas en la región por la política COVID Cero tras el aumento de positivos y decesos a causa de la variante Ómicron.
Aparentemente estuvo viviendo en este lugar público junto a su mascota, un perro al que presuntamente paseaba ocasionalmente.
Y su caso llamó la atención cuando las autoridades identificaron que vivía en una cabina y, pese a no tener a donde ir, la desalojaron presuntamente el pasado 29 de abril.
Las imágenes del momento en que la desalojaron circularon rápidamente en redes sociales pues se observa a los policías, aparentemente desde una ventana o azotea de un edificio cercano, notificándole a la residente que no podía permanecer en el lugar, por lo que las pertenencias de la mujer, quien llevaba a su perro en brazos, fueron sacadas de inmediato de lo que se había convertido en su único refugio.
Tras los hechos, la cabina fue sellada por personal sanitario como parte de los protocolos de prevención y para evitar que alguien más intente alojarse en ella, pues decenas de personas que se quedaron sin empleo y recursos se han visto obligadas a dormir en las calles y estacionamientos de la ciudad, mientras que otras personas han sido trasladadas a improvisados centros de confinamiento.
KEFS