Los ataques a civiles parecen multiplicarse en los bombardeos de Rusia a Ucrania. Ayer, militares de Vladimir Putin destruyeron un teatro en Mariupol que servía de refugio para al menos mil 200 personas, mientras que en Chernihiv, al noreste de Kiev, 10 personas fallecieron cuando hacían fila para comprar el pan.
En Mariupol, el ataque aéreo destrozó el centro del elegante edificio que albergaba el teatro en el que vivían aquellos que perdieron sus casas que fueron destruidas en los combates.
Aunque no se ha calculado el número de muertos ni heridos, el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano aseguró que bajo los escombros quedaron decenas de civiles.
De acuerdo con la empresa de tecnología espacial Maxar, imágenes satelitales mostraban desde el lunes la palabra “niños” escrita en grandes letras blancas en ruso delante y detrás del teatro.
El ataque fue calificado como “otro horrendo crimen de guerra” en el teatro Mariupol “en el que se escondían cientos de civiles inocentes por el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmitro Kuleba.
En Twitter, el canciller subió una foto del edificio antes y después de ser bombardeado y aseguró que “los rusos no podían no saber que habían civiles”.
En Kiev, Rusia siguió atacando distintas zonas en la ciudad, incluido un vecindario residencial situado a 2,5 kilómetros del palacio presidencial. Un edificio de departamentos de 12 pisos en el centro se incendió luego de ser impactado por metralla.
Además, 10 personas fallecieron mientras estaban formadas para comprar pan en la ciudad norteña de Chernihiv, informó la fiscalía general ucraniana.