Tropas rusas mataron a 15 ucranianos al reanudar ataques contra civiles en Chasiv Yar, en Donetsk, en su intento por hacerse del control total del Donbás, hecho por el que el presidente Volodimir Zelenski urgió castigos ejemplares para los asesinos.
Defensores relataron que los soldados del Kremlin lanzaron al menos tres misiles de largo alcance tipo Uragan desde unidades en movimiento contra un edificio de cinco pisos, ubicado cerca de Kramatorsk, hecho que líderes de Kiev denunciaron como otra muestra más de que recurre a “ataques terroristas”.
Y se detalló que un primer misil impacto en la zona provocando gran destrucción y la muerte de varios inquilinos.
Los sobrevivientes intentaron salir de la zona, pero dos impactos más resonaron muy cerca lo que dejó hecho escombros el edificio residencial, desvelando que el objetivo del invasor es generar miedo y el mayor daño posible, pues hace unas semanas los invasores causaron el deceso de casi una veintena de personas en un concurrido centro comercial.
Tras recuperar varios cuerpos, se confirmó el saldo de 15 defunciones, pero estiman que poco casi el doble, unas 24, siguen atrapadas.
Según testimonios obtenidos por agencias y medios locales algunos vecinos intentaron refugiarse en el sótano, por lo que podrían seguir aplastados por el inmueble, entre ellos un menor. Al respecto, el gobernador Pavlo Kirilenko confirmó que en la zona ya se han retirado toneladas de escombros, pero las dos entradas siguen fuertemente obstaculizadas, por lo que buscan alternativas para continuar con las labores de rescate.
Autoridades agregaron que al menos unas cinco personas fueron recuperadas con vida, pero trasladadas a un hospital debido a las lesiones; mientras que en la región ya suman 591 personas muertas desde que comenzó la guerra y poco más de mil 500 heridas desde febrero pasado; en tanto, siguen creciendo los llamados a evacuar ciudades en riesgo, ante los avances de los militares ocupantes.
Tras este nuevo ataque civil, Zelenski clamó nuevamente por aplicar severas sanciones contra quienes dirigen los bombardeos contra personas inocentes al sostener que “cualquier que dé órdenes de atacar o lleve a cabo (órdenes) contra áreas residenciales mata deliberadamente”, poniendo el foco de nuevo en crímenes de guerra y los juicios.
Por lo que se lanzó contra el régimen ruso al recordar que siguen impactando de manera directa misiles contra la población civil, pues hace semanas el Ministerio de Defensa del Kremlin se deslindó del ataque en el centro comercial al asegurar que el banco atacado fue una bodega de armamento y municiones, pero que éstas explotaron y dañaron el edificio casi contiguo.
Este bombardeo provocó la condena del gobierno y otros líderes regionales, al recordar que los rusos recurren a todo tipo de armas para vulnerar no sólo a los defensores sino a la población en general, por lo que exhortaron nuevamente a evacuar ciertas zonas por el riesgo que representan los agresores.
Y es que pese al repudio mundial, sigue la disputa por tener más regiones controladas en o cerca del Donbás, hecho que según estimaciones de los defensores ahora podría concentrarse en la carretera que conecta a Donetsk con Járkov.
Dichas previsiones coinciden con el plan enemigo de instalar un corredor desde la frontera hacia toda la costa, con miras a tener acceso a la zona industrial, luego de asediar a las fuerzas que resguardaban plantas clave.
En tanto, los ucranianos ya refuerzan sus posiciones, así como en Mikolaiv y Zaporiyia, pues se temen otras embestidas en la región para seguir ganando territorio en su contra.
Al contabilizar un menor entre los heridos de este ataque la cifra de lesionados y muertos no cede, pues ya suman 347 decesos de niños y casi el triple de heridos por los bombardeos.
Mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) da cuenta de 335 pequeños asesinados en esta invasión y poco más de 500 los que han resultado con alguna lesión.
Al respecto, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, denunció en entrevista con Der Spiegel el plan de “aniquilación” que comenzó el gobierno de Vladimir Putin en febrero pasado, pues no mide sus acciones ni contra los menores y ya son cientos los que han muerto por este guerra.
Cabe destacar que, desde que comenzaron los bombardeos en Kiev, en el país han muerto en promedio 2.5 niños diarios, mientras que la cifra de víctimas con alguna lesión en su mayoría por el impacto cercano de un cohete asciende a 4.7. Además, sigue en ascenso el número de familias desplazadas o que buscan escapar del país, siguiendo recomendaciones de líderes ucranianos.
Sentenció que las acciones implementadas por el gobierno ruso también exponen una “brutalidad en la política exterior”, en franca crítica al sector que representa ante la falta de acuerdos para detener la guerra que hoy cumple 138 días y sin miras, de ninguna de las partes, para ponerle fin, pese a sanciones aplicadas contra Rusia y todo el apoyo económico, militar y humanitario para las fuerzas de Zelenski. Tampoco hay acercamientos para crear corredores para rescatar a miles de personas que siguen en peligro por la permanencia del invasor.