Aún así le fincan 2 cargos federales

Servicio Secreto: Trump no estuvo en mira de atacante

Ryan Wesley, republicano arrepentido, acampó 12 horas en campo del magnate; éste culpa a la Casa Blanca; resolvemos diferencias en las urnas: Biden

Agentes del FBI barren el campo de golf en busca de pistas sobre el atentado y el posible móvil, ayer.
Agentes del FBI barren el campo de golf en busca de pistas sobre el atentado y el posible móvil, ayer. Foto: Reuters

Ryan Wesley Routh, detenido por atentar contra el candidato presidencial estadounidense Donald Trump en la contienda electoral, enfrenta cargos federales y se reveló que huyó del campo de golf del magnate sin accionar su arma.

En 24 horas, el Departamento de Justicia armó el caso en su contra por poseer un arma como exconvicto y un cargo similar por un arma con el número serial borrado tras decomisar un rifle cerca del campo del hoyo 6, donde el “obsesionado por la guerra” en Ucrania, se ocultó.

El sujeto de 58 años pasó de seguidor a crítico y agresor del exlíder de la nación y ayer fue visto con el mono azul característico de prisión y esposado bajo proceso, en el que no descartan más delitos por el ataque a 64 días de que otro tirador hiriera a Trump en un mitin en Pensilvania.

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Gráfico ı Foto: larazondemexico

Según agencias, Routh, quien tachó de “descerebrado” a su víctima, tiene antecedentes, por poseer un arma de destrucción masiva en Carolina del Norte en 2002 y ser detenido ocho años después con material robado en Hawái, y la investigación arroja que actuó con premeditación. Acampó 12 horas en la propiedad del aspirante a la Casa Blanca y su celular lo ubica en la escena entre las 01:59 horas y las 13:31 del 15 de septiembre del lado público del inmueble, lo que facilitó su escape en un auto Nissan que se dijo tenía placas robadas, pero se cree es de su hija.

En espera de datos, el Servicio Secreto recalcó que un agente lo avistó a 500 metros al identificar entre los árboles la mirilla del arma. De inmediato se respondió a la amenaza al abrir fuego y evacuar a Trump, acto en el que había cuatro escoltas, según la Oficina de Investigación del Departamento de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés), citada por NBC News, número menor que en el intento de magnicidio previo.

El director interino del sector, Ronald Rowe Jr. —quien asumió tras la renuncia de Kimberly Cheatle—, defendió al personal que actuó de manera efectiva, tras fuertes críticas del círculo del magnate.

En conferencia junto al Buró Federal de Investigación (FBI) y la Fiscalía de Miami, destacó que el agresor no disparó porque nunca tuvo en línea de tiro al empresario ni respondió a los agentes.

Autoridades catean la vivienda del agresor Ryan Wesley en Hawái en busca de información sobre sus planes.
Autoridades catean la vivienda del agresor Ryan Wesley en Hawái en busca de información sobre sus planes. ı Foto: Reuters

Pese a estar bajo la mira, se dijo orgulloso de la reacción al precisar que su equipo está agotado tras cubrir en dos meses dos convenciones partidistas, un debate presidencial, la visita del premier israelí, Benjamin Netanyahu, y más, para protegerlo a él, al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris. Y recalcó que el juego de golf estaba fuera de agenda, mensaje que evidencia que esas actividades de Trump son un reto, como publicó The Washington Post, mientras el fiscal de EU, Merrick Garland, se dijo aliviado de que salió ileso.

Rowe Jr. garantizó la seguridad al magnate, que ya está en máximo nivel, aunque admitió que, de ser necesario, la elevaría como piden aliados y promovió respaldo del Congreso.

En la misma alocución, Jeffrey Veltri, agente encargado del FBI en Miami, abundó que el caso sigue abierto y apunta a que Routh actuó en solitario, pero ya revisan pruebas de ADN y recuperaron el rifle, una cámara GoPro, dos mochilas, una con alimento y otra con baldosas de cerámica en espera de identificar el móvil.

Añadió que para su arresto hay siete testigos, uno de ellos “valioso” porque le tomó una foto, mientras interrogan a cercanos al originario de Hawái, quien se obsesionó con la invasión en Europa a tal grado que quiso ser voluntario para reclutar a afganos y ya revisan sus redes sociales, en las que era muy activo, para abundar en su obsesión, de la que habla en su libro La guerra imposible de ganar en Ucrania, que se vende en línea, y hasta dio declaraciones al New York Times.

CHOCAN POR RETÓRICA. El político víctima de otro ataque culpó al presidente Joe Biden y a su contendiente, Kamala Harris, del incidente antes de una llamada cordial con el primero.

Acusó que la agresión responde a la retórica en su contra, al polemizar y tacharlo de “extremista”, pues dijo que se incita al odio, pese a que él es más confrontativo y dijo que odia a la cantante Taylor Swift, quien respaldó a la vicepresidenta de EU.

Pero el ejecutivo reviró al declarar como hace dos meses “resolvemos nuestras diferencias en las urnas, no a punta de pistola”; mientras que Elon Musk, a quien Trump sumaría a un eventual gabinete, agitó la polarización al cuestionar por qué nadie atenta contra Biden o Harris, mensaje que borró tras las críticas de seguidores, aunque insistió que fue un “chiste”.