El número de personas fallecidas por las fuertes lluvias al noreste de Brasil aumentó a 79, anunció la Defensa Civil Nacional del país en su última actualización de la situación en el estado de Pernambuco, al corte de las 18:00 horas de este domingo.
Pernambuco, junto a Alagoas, es uno de los estados más afectados por las lluvias registradas esta semana, que han alcanzado hasta los 200 milímetros, provocado deslizamientos de tierra e inundaciones que han dejado a más de 4 mil personas desplazadas.
Antes, el gobernador del estado de Pernambuco, Paulo Câmara, dijo durante una rueda de prensa que las 79 víctimas murieron entre la noche del pasado viernes y este domingo, la mayoría tras un deslizamiento de tierra en la región metropolitana de Recife.
En su informe de las 14:45 horas, la Defensa Civil Nacional informó que 56 personas fueron reportadas como desaparecidas en Pernambuco, pero hasta el momento se desconoce si el número ha aumentado, dado que no ha ofrecido una actualización de las cifras, y Câmara reconoció que se desconoce el dato exacto.
"Todavía no sabemos ese número con precisión, pero hay relatos de víctimas de los accidentes de las lluvias que no fueron localizados. Los trabajos de búsquedas van a continuar hasta tener condiciones de identificar todos los desaparecidos", comentó.
Al momento, 14 municipios permanecen en estado de emergencia, ante lo que el gobernador anunció la liberación de 100 millones de reales brasileños para atender las zonas afectadas por las lluvias.
“Esta cantidad es lo que estamos liberando en caso de emergencia. Todavía tenemos pronóstico de lluvias continuas y el trabajo de búsqueda de personas enterradas en 12 puntos de Recife. La determinación de la Secretaría de la Defensa Social y del Cuerpo de Bomberos es que nuestros equipos permanezcan en el lugar hasta que se rescate a la última víctima”, explicó Paulo Câmara.
Mientras tanto, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que acudirá a Pernambuco el lunes por la mañana para “conocer mejor la tragedia”.
Las lluvias que castigan al noreste de Brasil comenzaron el pasado lunes, y la primera muerte se registró el miércoles 25 de mayo, de acuerdo con datos de la Defensa Civil Nacional del país.