Ante el mayor incendio forestal en lo que va del año en Los Ángeles, en Estados Unidos, las autoridades desalojaron a unos mil 200 excursionistas en Hungry Valley por el temor de que el fuego se extienda sin control.
Desde el pasado 15 de junio los bomberos luchan por combatir las llamas; sin embargo, la maleza y los fuertes vientos no ayudan para controlarlas y la emergencia denominada Post ya alcanzó un terreno de casi 60 kilómetros cuadrados.
Lamentablemente ni la ayuda desde el aire funciona, pues el agua que es lanzada desde aeronaves especiales termina en otro destino por las condiciones climáticas, retrasando el objetivo, mientras en la carretera Interestatal 5 se activó la alerta de bandera roja para prevenir a conductores.
Además, el Departamento de Bomberos exhortó a la población a estar atenta a las indicaciones, pues no descartan más evacuaciones fuera del Paquete Estatal en California en caso de que el incendio se aproxima a zonas residenciales. “Estén preparados”, llamó el jefe del sector regional, Kenichi Haskett, al aconsejar a residentes a preparar una maleta con lo básico en caso de ser necesario que se trasladen a un refugio.
En tanto, en la zona siguen los esfuerzos de socorristas para detener el fuego, pero éstos lucen cada vez más agotados al tratarse de un punto empinado y al quedar envueltos en temperaturas sofocantes, de acuerdo con el personal de bomberos, mientras en la zona es visible una gran columna de humo a varios kilómetros de distancia.
Hasta el informe de ayer no se reportan personas heridas ni muertas, pero se indicó que al menos dos estructuras ardieron por las llamas sin revelar más detalles; en tanto, las autoridades locales aceleran las investigaciones para determinar cómo empezó el incidente que obligó a cerrar un centro de diversión en la zona impidiendo celebraciones con motivo del Día del Padre.