Al asumir oficialmente como primer ministro de Gran Bretaña, Rishi Sunak aseveró que su gestión comienza con un plan específico para “corregir errores”, en referencia al caos económico actual, y bajo la presión de garantizar la estabilidad lo antes posible.
Horas después de reunirse con el rey Carlos III en el Palacio de Buckingham, quien le encomendó formar el primer gobierno bajo su trono, el líder de origen indio movió sus fichas al afianzar a su gabinete, en el que mantuvo algunas de las cartas de su antecesora Liz Truss y renovó otras posiciones.
En medio de la especulación sobre la permanencia de ministros clave, Sunak ratificó desde Downing Street a Jeremy Hunt en la cartera de Economía.
Esa primera decisión fue vista por los tories como un mensaje para calmar los mercados; incluso, el mandatario dijo que esa acción es un compromiso de estabilidad al reconocer que es la cartera que estará en la mira durante las próximas semanas o meses, con el objetivo de impedir que la nación se encamine a una recesión, pues admitió que enfrentará “decisiones difíciles”, en las que aliados ya anticipan un amplio recorte al gasto público en salud, educación, defensa y hasta en las pensiones.
Al retener al último nombramiento que hizo Truss evita un segundo ajuste en el sector en cuestión de semanas, pues el encargado de entregar el próximo presupuesto cumplió apenas 12 días en el puesto y con ello le da un voto de confianza a quien frenó un arriesgado plan que conllevaría a una enorme deuda, debido a la reducción de impuestos y apoyos energéticos.
Su objetivo, explicó, es que en conjunto rescaten a Gran Bretaña de una de las crisis más profundas tanto en lo financiero como en lo político, y tras recibir el apoyo de la corona británica insistió que su designación fue para retomar el rumbo y dejar atrás los errores, mismos que reconoció pudieron ser buenas apuestas, pero estuvieron mal diseñados.
En su segundo mensaje al pueblo, agregó que su prioridad es ganarse la confianza de la población y de los legisladores que siguen con dudas, en medio de un panorama turbulento, pues para sacar adelante el país se requiere apuntalar a este gobierno en medio de fuertes críticas del Partido Laborista contra los tories, hecho ante el que advirtió que no se intimidará.
Asimismo, el primer líder de color en la nación retuvo a James Cleverly y Ben Wallace, en las oficinas de Exteriores y Defensa, respectivamente.
Y resalta que entre los nombramientos hay líderes de corrientes rivales, con lo que busca demostrar que entre facciones contrarias del Partido Conservador es posible hallar coincidencias y mantener la unidad, como aseveró desde que fue elegido como eje del gobierno, luego de choques que provocaron las renuncias de dos los últimos dos líderes en menos de tres meses.
También destacan las reincorporaciones de ministros de la gestión de Boris Johnson como el caso de Dominic Raab, uno de sus aliados durante las primarias y excompañero de gabinete, pues encabezará el Ministerio de Justicia tal como lo hizo hasta hace poco más de mes y medio, así como el caso de Michael Gove, quien ahora liderará el Ministerio del Transporte.
Pero no son los únicos retornos, pues Suella Braverman, quien renunció a mediados de octubre y forzó la dimisión de Truss, asumirá la cartera del Interior a menos de una semana de abandonar el gobierno luego de reconocer que violó normas de seguridad.
Al respecto, legisladores reconocen dudas debido a su postura antimigrante, pues la funcionaria apoyó el cuestionado plan de Johnson de enviar a los ilegales a un país africano como “solución” al aumento de la migración.
Mientras que en el Parlamento no hubo cambios, pues Penny Mordaunt, quien abandonó la contienda al declinar en favor de Sunak, continuará como líder y se prevé que se convierta en un enlace del premier con todos los grupos en la mayoría legislativa, aunque algunos medios adelantaban que podría sumarse al nuevo gabinete.
En tanto, su antecesora se despidió del cargo, al que renunció tras 45 días en el poder por las severas presiones por el impacto económico. Y ante los tories envió un fuerte mensaje a Sunak, su rival hace tres meses, al señalar que llegó al mando británico en medio de una fuerte “tormenta”. Asimismo, aseveró que, aunque su proyecto fue rechazado, Sunak debería contemplar la reducción de impuestos.
En tanto, el premier afinó lazos con aliados, pues en las primeras horas de gestión ratificó su total apoyo a Ucrania, como lo hicieran antes Truss y Johnson.
En una conversación telefónica con el presidente defensor, Volodimir Zelenski, recalcó la postura de GB para ayudar, pues “siempre estaremos con Ucrania”, según un mensaje que compartió en Twitter; en respuesta, el de Kiev dijo que, pese al rápido cambio, ese país mantiene el respaldo ante la agresión rusa y ahora escriben otro capítulo en su relación.
Pero no fue el único mandatario con el que habló en su primer día oficial, pues Joe Biden aseveró que su gobierno está listo para reforzar su estrecha colaboración con la potencia europea, como lo hizo hace unos días con Liz Truss.