La Corte Suprema de Estados Unidos, cuya mayoría está integrada por jueces conservadores nominados por el presidente Donald Trump, dictaminó, en medio de una batalla por los derechos civiles que se remonta a la década de 1960, que la ley federal vigente protege a empleados homosexuales y transgénero de la discriminación laboral, una victoria histórica para los defensores de la comunidad LGBTQ.
Ayer, los jueces determinaron que Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación laboral por razones de sexo y otros factores, también cubre la orientación sexual y la identidad de género. La decisión se produce tres días después de que la administración Trump puso fin a una regla que revoca las protecciones para pacientes transgénero en virtud de la Ley de Atención Médica Asequible.
La Corte Suprema también rechazó el desafío de la administración Trump a la “ley de santuario” de California, que da facultades al estado para proteger a inmigrantes indocumentados de la política de rechazo de la Casa Blanca. Este fallo marcó otra fuerte derrota judicial para un presidente que ha hecho de la inmigración un foco central de su mandato y de su campaña por la reelección.
La administración Trump solicitó previamente a la Corte que revisara esta la ley, ya que limita la cooperación entre las autoridades locales y las autoridades federales de inmigración. Aunque los jueces conservadores afines a Trump: Clarence Thomas y Samuel Alito no estuvieron de acuerdo con la decisión, la mayoría optó por darle la espalda en este argumento.
Ellos lo decidieron y nosotros viviremos con su decisión. Una decisión muy poderosa en realidadDonald Trump, Presidente de Estados Unidos
Trump ha criticado reiteradamente la ley de California y otras similares, acusando a los líderes estatales de intentar eludir al gobierno federal en materia de inmigración.
Aunque el presidente ha querido ganarse al electorado que no entra en su base conservadora, al nombrar al primer hombre abiertamente homosexual al nivel de secretario del gabinete, su administración ha optado por resistir o revertir las protecciones a la comunidad LGBTQ. Ahora, su primer nominado a juez de la Suprema Corte, Neil M. Gorsuch, será responsable de escribir el fallo más impactante para los derechos de los homosexuales desde que el matrimonio entre personas del mismo sexo fue codificado como un derecho constitucional en 2015.
El rival presidencial de Trump, Joe Biden, reaccionó rápidamente ante el fallo, al calificar la decisión como “un paso trascendental para nuestro país”. El candidato demócrata ha aprovechado los recientes fracasos del presidente para atraer más votantes a su campaña, desde la crisis de empleo por la pandemia hasta el enojo social por la violencia policial en contra de afroamericanos.
Recientemente Trump se ha negado a cambiar el nombre de los monumentos militares en honor a los generales confederados racistas, otro elementos capitalizado por Biden, quien no ha hecho más que aprovechar la debacle del magnate para reposicionarse hacia los comicios de noviembre próximo.
Es extraño, es ridículo y es decepcionante. El presidente, por supuesto, no está de acuerdo con esta decisión porque es un originalista constitucionalJenna Ellis , Asesora legal de la campaña de Trump
La Casa Blanca esperó más de cinco horas para emitir cualquier declaración pública sobre el fallo. Al final, la posición del presidente fue ambigua, aunque sí dejó claro que no celebraba la victoria de los activistas.
“Ellos lo decidieron y nosotros viviremos con su decisión. Una decisión muy poderosa en realidad”, declaró al respecto durante una reunión de alto nivel.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca canceló una sesión informativa donde se habría abordado el fallo, pero una funcionaria de la campaña de Trump fue más expresivo en su reacción: “Es extraño, es ridículo y es decepcionante”, dijo Jenna Ellis, asesora legal del equipo que busca la reelección del magnate. “El presidente, por supuesto, no está de acuerdo con esta decisión porque es un originalista constitucional”, agregó.
A medida que el público estadounidense ha cambiado sus puntos de vista, la mayoría de los funcionarios electos republicanos se han retractado de transmitir su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo y han minimizado el tema durante las campañas.
De la mano de los republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado, Donald Trump se ha resistido a un proyecto patrocinado por los demócratas, llamado Ley de Igualdad, que pretende ampliar las normas contra la discriminación de los estadounidenses homosexuales y transgénero a la educación, los establecimientos minoristas, la extensión del crédito y otras prerrogativas ciudadanas.