Cuando las tensiones entre Taiwán y China parecían ir a la baja, Fuerzas Armadas de la isla respondieron con un ataque frontal a lo que consideraron una “provocación” del gigante asiático.
Por primera vez desde las polémicas visitas de Estados Unidos, la isla lanzó disparos de advertencia contra un presunto dron chino en Erdan, para demostrar que no permitirán más asedio del gobierno que insiste en reclamar ese territorio como suyo.
Luego de una intermitencia de ejercicios militares por parte de Beijing para intimidar a los separatistas, el gobierno de Xi Jinping envió un grupo de drones a vigilar la zona, según medios locales, provocando una escalada, pues la región no toleró esas acciones.
Ante la intrusión de una aeronave no tripulada, las Fuerzas Armadas del gobierno de Tsai Ing-wen intentaron disuadirla y utilizaron bengalas para que retornara a su espacio, pero al no retroceder, lanzaron disparos de advertencia.
Con lo que cambiaron su estrategia, pues el fin de semana soldados fueron captados lanzando piedras para derribar los equipos, lo que evidencia una clara señal de que no están dispuestos a permitir que aumente el asedio, pues no es la primera vez que detectan la presencia de drones, la última ocurrió hace unos días en la zona de Kinmen.
Tras el incidente, dicho avión no tripulado retornó a su territorio, según el vocero del Comando de Defensa de Kinmen, Chang Jung-shun.
Al respecto, Tsai sostuvo que tomarán “fuertes contramedidas” contra la potencia oriental para defender su espacio aéreo, pues declaró que prevén actos de contención sin llegar a un ataque, como si estuvieran preparados para un mayor conflicto, pese a la desventaja que supone para la isla, pues mientras ésta tiene unos 180 mil soldados, la potencia lo supera ampliamente con un total mayor a los 2.5 millones.
Hasta el cierre de esta edición, el vigilante no se pronunció, pues su última declaración sobre la región ocurrió un día antes al minimizar las acusaciones, pues a su parecer la presencia de drones no debería convertirse en un escándalo, esto mientras mantiene buques de guerra cerca de la base militar Penghu, ubicada en los límites del Estrecho de Taiwán, en los que el rival cuenta con municiones reales, como las que se usaron desde la primera visita legislativa de la congresista Nancy Pelosi de EU.
Estas acciones se dan a sólo unos días de que China acusara de acciones similares a Estados Unidos, luego de que la gestión de Joe Biden envió dos buques de guerra al Estrecho de Taiwán, redoblando la estrategia que Beijing ha tildado de un intento de reconocimiento de la independencia de la isla, misma que las fuerzas de Xi aseguran podrían tomar por la fuerza en cualquier momento.
Ello ha causado repetidos choques diplomáticos, pues Beijing rechaza posibles relaciones con un territorio que les pertenece, hecho que también han recordado a Canadá, pues al igual que EU ha intentado enviar a un grupo de legisladores para reforzar lazos.
Además, destaca que previo a este escenario de riesgo, cuando el mundo ya vive otro conflicto bélico en el caso Rusia-Ucrania, Estados Unidos acordó suministrar armamento a la región.
Dicho gobierno venderá más de mil 100 millones de dólares en misiles y otros insumos a la isla, así como equipo de radar y antibuque, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Estado de esa potencia, cuando la región busca reforzar su estrategia defensiva y capacidad militar.
Ante esta información, China condenó que ese socio, al que han advertido sobre su cercanía con Taiwán, arme a su propio territorio. Y el Ministerio de Exteriores oriental urgió a esa nación a detener de inmediato la venta de armas, mientras fuentes de EU defendieron la estrategia de autodefensa de la isla.
DGM
