Pese al repudio mundial, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ampliaron una vez más sus operaciones contra Hamas al trasladar tanques al centro de Rafah.
A sólo dos días del presunto “error” en el que esas tropas provocaron la muerte de 45 civiles al bombardear la ubicación de mandos yihadistas, refugiados palestinos revelaron la presencia de unidades militares cerca de la zona donde el fuego acabó con un campamento de víctimas de esta guerra, ante lo que Tel Aviv precisó que se trata de cuatro brigadas que arribaron una noche antes para rastrear a combatientes, según medios locales.
Sin embargo, la Autoridad Palestina exhibió esta irrupción al acusar que el rival no desiste de su embestida. Según el Ministerio de Sanidad palestino ayer soldados lanzaron un ataque contra una zona humanitaria al disparar artillería en Al Mawasi, donde presuntamente asesinaron a 21 gazatíes, a pocos metros del barrio de Tal Al-Sultan donde ocurrió la tragedia del fin de semana.
Con ello, acusan que en 48 horas Israel mató a 66 palestinos en su persecución de Hamas, aunque ese ejército desmintió la versión de afines a los terroristas al referir que aún no llega a ese sitio.
Pero el ingreso militar supone otra escalada como nuevo desafío a las críticas por supuestas violaciones al derecho internacional; acto que coincidió con el anunciado reconocimiento de Palestina como Estado de España, Irlanda y Noruega, países a los que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, acusó que fomentan el genocidio judío e incitan a más crímenes por parte del perpetrador de la masacre del pasado 7 de octubre.
No obstante, las FDI justificaron su estrategia contra los islámicos al insistir que sus misiles fueron contra objetivos específicos, como los cabecillas en Cisjordania Yassin Rabia y Khaled Najjar.
Y se deslindaron del incendio que arrasó con decenas de tiendas de campaña tras la evacuación de 950 mil víctimas de puntos críticos en Rafah en dos semanas, aunque Naciones Unidas dijo que el éxodo ya rebasó el millón.
El ejército concluyó, según la investigación, que la ofensiva contra infraestructura terrorista no pudo provocar un incidente de esa magnitud, pues sus armas con hasta 17 kilos de explosivos no causarían tal devastación; y el vocero, Daniel Hagari, precisó que todo apunta a que el fuego fue por una explosión secundaria, pues el refugio estaba a 180 metros de distancia de la zona donde murieron dos comandantes rivales.
Y es que atribuyen el estallido a un arsenal islámico, pues según pruebas se sospecha que en la zona Hamas almacenaba explosivos o combustible, lo que derivó en la terrible tragedia del fin de semana, lo que remarca que a los yihadistas no les importa exponer a civiles; al contrario, se benefician de actos de este tipo para acusar a las fuerzas israelíes de actos genocidas.
Pese al escenario crítico, el premier arremetió otra vez contra España tras visitar a sus tropas cerca de la Franja.
Éste se lanzó contra el mandatario Pedro Sánchez por avivar el odio a los judíos al ser cómplice de quienes masacraron a su pueblo y retienen a más de 120 rehenes desde hace 236 días; mientras que su ministro de Exteriores, Israel Katz, criticó duramente a la vicepresidenta de esa nación, Yolanda Díaz, por replicar la consigna terrorista “desde el río hasta el mar” y suspendieron las operaciones consulares de ese gobierno en Jerusalén.
Pero Madrid respondió que no los intimidará al defender su postura de reconocer a Palestina en busca de la paz en Medio Oriente, igual que otros gobiernos.
Entre estos jaloneos, Israel no se libra de polémicas, pues se destapó que espió a la Corte Penal Internacional (CPI) por una década presuntamente para frenar los intentos de ese sector de arrestar a funcionarios por crímenes de guerra.
Según el diario británico The Guardian desde 2015 Tel Aviv usó inteligencia y a agencias como El Mossad y Shin Bet para monitorear los planes del exfiscal Fatou Bensouda y de su relevo, Karim Khan, con tal de descarrilar sus investigaciones. Incluso, se dijo que creían que con el cambio en la Corte se reducirían el asedio, lo que no resultó, pues el líder actual ordenó el arresto del premier y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por exterminio y desatar una severa hambruna.
Sin embargo, Israel aún goza de respaldo, Estados Unidos confía en la versión de que el ataque no fue deliberado, al aplaudir el esfuerzo de no dañar a civiles.
Asimismo, el vocero de Seguridad Nacional de Joe Biden, John Kirby, descartó restricciones contra la CPI como adelantaban republicanos en el Congreso e instó a Hamas a garantizar la seguridad de palestinos como se le exige a Israel.