Pese a la alerta que persiste en Estados Unidos por la expansión de la pandemia de Covid-19, Texas, la entidad territorial más grande del país y amplio vecino de México, dejará que su decreto de cuarentena expire este 30 de abril, para permitir que todos los sectores de la economía reabran.
Ayer, el gobernador texano, Greg Abbott, un republicano defensor del presidente Donald Trump, declaró que las medidas para proteger a los residentes más vulnerables del estado (los médicamente frágiles y personas mayores), seguirán vigentes; sin embargo, suprimirá la orden de quedarse en casa para el resto.
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A partir del 1 de mayo, todos los minoristas, cines, museos, bibliotecas y algunos negocios de atención médica reabrirán con la recomendación de que mantengan “una ocupación limitada”, como parte de la primera fase de reapertura.
Abbott dijo que esta medida se basa en la confianza que tiene en los datos que muestran que la tasa de infección disminuyó durante los últimos 17 días, los índices de hospitalización se mantienen estables y la capacidad de éstos es “abundante”.
“Las recuperaciones pronto eclipsarán la cantidad de casos activos de Covid-19 en el estado”, declaró ayer.
“La cuarentena ha hecho su trabajo, estamos listos para abrir Texas de manera segura. No queremos volver a abrir sólo para cerrar de nuevo. La primera fase comienza este viernes 1 de mayo”
Greg Abbott
Gobernador de Texas
Hasta el cierre de esta edición, Texas registraba más de 25 mil 500 casos positivos de coronavirus y 672 muertos. Si bien sus números no se comparan con Nueva York, que ya cuenta casi 300 mil contagios, el estado se enfrenta a la realidad general de su país, que ayer rompió el techo del millón de infectados y cuando hay dudas en el gobierno federal de que la reapertura se dé en un contexto de poca preparación en infraestructura.
Además, la administración Trump tampoco ha garantizado la ampliación de pruebas de detección, uno de los factores establecidos por la Organización Mundial de la Salud, para emprender la vuelta a la normalidad.
Varios estados del Medio Oeste se sumaron a Texas: entre ellos Michigan, Ohio, Wisconsin e Iowa.
Si bien cada uno de los estados comenzará a relajar sus restricciones de manera diferente, sus gobernadores hablaron de la importancia de reiniciar las economías de inmediato.
La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer (demócrata), presentó un plan de reapertura de negocios, que tendrá en cuenta el “riesgo geográfico y laboral, así como nuestras capacidades de salud y protocolos de trabajo”, para mitigar el riesgo.
En Wisconsin, el gobernador Tony Evers (demócrata) dijo que permitirá que los negocios no esenciales realicen entregas de bienes a domicilio y que los servicios de peluquería y talleres de reparación se abran.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, anunció que el estado reabrirá algunos servicios de atención médica el 1 de mayo y oficinas generales, sitios de construcción y compañías de fabricación el 4 de mayo. Los minoristas podrán reabrir el 12 de mayo.
Casi 80 de los 99 condados de Iowa que no han tenido casos de Covid-19 o han visto una tendencia a la baja pueden comenzar a operar con una capacidad limitada a partir del 1 de mayo.
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