La tormenta Daniel devastó gran parte de Libia, pues tras días de severas inundaciones contabilizan cinco mil 200 muertos, según el Ministerio de Interior.
Sin embargo, las autoridades advierten que la crisis podría ser mucho peor, pues se calcula que la emergencia climática en el mar Mediterráneo también dejó unos 10 mil desaparecidos.
Dicho panorama hace temer una cifra histórica de decesos a causa de inéditas lluvias, pues el agua derribó por igual viviendas, edificios y represas.
Al respecto, el ministro de Aviación Civil, Hichem Abu Chkiouat, admitió que en esta tragedia “25 por ciento de la ciudad desapareció”, luego de recorrer por aire Derna, el punto más afectado, tras reventarse dos de las principales presas. Mientras organizaciones internacionales y comparan el nivel de daño con el terremoto que azotó a Marruecos el pasado 8 de septiembre, con un saldo hasta el cierre de esta edición de 2,901 fallecidos. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que este desastre va “más allá de toda comprensión”, según agencias.
En dicho punto, el funcionario atestiguó la devastación con edificios sumergidos entre el agua y lodo o derribados, así como vehículos arrastrados o empalmados unos sobre otros, según imágenes difundidas por agencias.
Sobrevivientes reconocen la magnitud del desastre con cuerpos acumulados en calles —que el agua sigue sacando a flote— de quienes no resistieron el arrastre con intensidad de las inundaciones. Hecho que se repite en hospitales que, ante la saturación, no se dan abasto para resguardar los cadáveres, cubiertos por sábanas y que ni siquiera son identificados.
Y las autoridades sentencian que esta devastación se prolongará por meses, especialmente ante los conflictos que vive la región por dos gobiernos simultáneos desde el año pasado, lo que complica el reparto de ayuda que ya llegó desde Turquía y naciones europeas, territorios que aseguran también habrá una enorme cantidad de desplazados.