El expresidente estadounidense Donald Trump compareció ante la justicia por segunda vez en menos de dos meses, ahora en Miami, e insistió en su inocencia de los 37 cargos federales por presunta obstrucción y retención deliberada de archivos secretos en un caso “atroz” y “fabricado”.
En otro show mediático igual que en Manhattan como si fuera campaña, el día antes de su cumpleaños 77 inició con airados reclamos en Truth Social por la “cacería de brujas”. Ya en el Tribunal se declaró “no culpable” ante el juez Jonathan Goodman, a través de su abogado Todd Blanche, quien lideró el equipo de cuatro defensores por las violaciones a la seguridad nacional y de espionaje.
De nueva cuenta, como en abril pasado, salió de otra Corte en total libertad, luego de ser arrestado y fichado en un hecho histórico por primera vez contra un exmandatario.
Esto a más de un año de la disputa con el Departamento de Justicia para devolver voluntariamente los documentos confidenciales que finalmente decomisaron en Mar-a-Lago en agosto pasado y que tenía apilados en cajas en el baño.
Medios que tuvieron acceso a la lectura de delitos confirmaron que el magistrado no fijó ni fianza ni restricciones, como el retiro de su pasaporte, pues la Fiscalía de EU descartó un riesgo de fuga, igual que con su asistente Walt Nauta, quien enfrenta seis veces menos cargos que su jefe por mover dicha evidencia.
Sin embargo, el juez enfatizó que no pueden hablar entre sí de la investigación, pese a trabajar juntos, ni comunicarse con testigos, al tiempo que Goodman aplazó la comparecencia de Nauta para el próximo 27 de junio, pues éste no contó con representación legal y su declaración de inocencia no fue oficial.
En la audiencia que se prolongó por 45 minutos y que atestiguó el fiscal especial, Jack Smith, Trump lució serio, a ratos con los brazos cruzados y el ceño fruncido según los dibujantes, pero tras dos horas en el inmueble, al que ingresó por el estacionamiento con fuerte operativo de seguridad, el republicano salió de mejor ánimo.
Desde su vehículo con ventanas polarizadas saludó a simpatizantes, mostrando un mejor semblante que en la Corte al sentirse arropado por quienes ondearon banderas, pancartas y lanzaron consignas contra el presidente Joe Biden, como responsable de esta acusación.
Posteriormente hizo una parada en el restaurante cubano Versailles, donde fue vitoreado por otros simpatizantes.
Aunque se esperaba que miles acudieran a apoyarlo en Miami, los seguidores del magnate se vieron superados por la presencia policial y hasta por la prensa, entre tumultos para captar las imágenes del primer exlíder de EU procesado por cargos federales. Zona a la que no faltaron detractores, entre los que uno fue detenido luego de paralizar la caravana de vehículos para protestar frente a éstos vestido con ropa de prisionero, sin que se registraran disturbios.
Pese al apoyo, exaliados del republicano reconocieron que éste es el caso más crítico en su contra, pues más voces se sumaron a la contundente visión del exfiscal William Barr.
Quien trabajó de cerca con Trump admitió que sólo basta con demostrar un cargo para encarcelarlo, aunque se requiere una votación unánime, pues la Fiscalía cuenta con pruebas condenatorias, como la constante obstrucción y el supuesto audio en el que admite que sabía que era ilegal conservar el material clasificado, pero que alardeó de tener.
Al respecto, su exsecretaria de prensa de la Casa Blanca Stephanie Grisham sentenció que prácticamente la evidencia abatirá al magnate, quien esta preparado para seguir su lucha incluso desde prisión, pues la apuesta es mantener su postulación para la carrera al 2024, en la que podría enfrentarse nuevamente a Biden.
Horas después el magnate retornó a su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, desde donde se lanzó nuevamente contra Biden y Smith al insistir que la actual gestión es la más corrupta y que no importa que hiciera todo bien, pues sus rivales se enfocaron en acusarlo de múltiples casos, en un evidente caso de abuso de poder.
Como estaba previsto, dio un discurso para defenderse de las acusaciones, que insiste son motivadas políticamente para alejarlo de la presidencia, aunque partidarios republicanos cuestionan cada vez más abiertamente su postulación, pues dicen que afectaría la contienda.
Frente a aliados, seguidores y donantes, en una recaudación por la candidatura republicana, arremetió contra la oposición al recalcar que éste es un caso “fabricado” y “atroz” de sus enemigos, pues ve los cargos como una descarada intervención electoral.
Asimismo, dijo que lo tratan diferente a otros políticos, pues no es el único que tenía en su poder material ultrasecreto o incumplió la ley sobre el manejo de información de seguridad nacional, como Biden, Mike Pence y Hillary Clinton, pero es al único que quieren encerrar. Incluso, aseveró que su sucesor en la Casa Blanca cree estar por encima de la ley, por lo que ratificó que si regresa a la presidencia nombrará a un fiscal especial que lo investigue.
AM
