Agentes del Servicio Secreto revelaron que el viernes pasado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue resguardado en un búnker en la Casa Blanca, cuando cientos de manifestantes se reunieron ante la mansión presidencial, en protesta por el odio racial en el sistema judicial del país.
De acuerdo con las fuentes de la administración, Trump pasó casi una hora en el búnker, diseñado para su uso en emergencias como ataques terroristas, cito la agencia AP.
La repentina decisión de los agentes reflejó el tenso ambiente en la Casa Blanca, donde pudieron oírse los cánticos de los manifestantes en el Parque Lafayette durante todo el fin de semana, mientras agentes de seguridad y del Servicio Secreto trataban de contener a la multitud.
Las protestas del viernes comenzaron por la muerte de George Floyd, un hombre negro que murió después de que un policía blanco de Minneapolis le oprimiera el cuello.
Las manifestaciones en Washington se tornaron violentas y parecieron tomar a las autoridades por sorpresa. Provocaron una de las mayores situaciones de alerta en el complejo de la Casa Blanca desde los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Trump ha dicho a sus colaboradores que teme por su seguridad, y ha elogiado de forma pública y privada la labor del Servicio Secreto.
Mientras las ciudades ardían noche tras noche y las imágenes de violencia dominaban la cobertura en televisión, los asesores de Trump barajaron la posibilidad de un mensaje desde el Despacho Oval en un intento de suavizar tensiones. La idea fue rápidamente descartada por la falta de propuestas legislativas y el aparente desinterés del presidente por transmitir un mensaje de unidad.
Trump no apareció en público el domingo. En su lugar, un funcionario de la Casa Blanca que no estaba autorizado a comentar los planes antes de tiempo dijo que se esperaba que en los próximos días, Trump marcara distinciones entre el descontento legítimo de los manifestantes pacíficos y las acciones inaceptables de los agitadores violentos.