Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, consiguió una victoria ante el FBI y el Departamento de Justicia tras el aval para nombrar a un “maestro especial” para revisar la documentación en poder de la autoridades.
A casi un mes de la redada, la jueza Aileen Cannon concedió la petición del magnate republicano para que una persona independiente se sume a la revisión del material decomisado en la mansión de Mar-a-Lago, pese a la renuencia del gobierno, que acusó que sólo era una estrategia para retrasar el caso.
Con esta decisión, la magistrada —quien llegó al cargo en la gestión Trump— bloqueó temporalmente la investigación, pues ordenó dejar de revisar los más de 100 archivos hallados en la casa del exmandatario hasta que se designe a este “inspector”, dando casi una semana al gobierno para cumplir la orden.
Pues solicitó a la Justicia del país dar a conocer una lista de posibles inspectores a más tardar el 9 de septiembre para que la parálisis no sea amplia, mientras este sector sostiene que la medida sólo beneficia al investigado por sacar ilegalmente material clasificado de la Casa Blanca.
Argumentaron que ya se había hecho una depuración de documentos, pues algunos no correspondían a la presunta violación a la ley de espionaje y es claro que la defensa del republicano busca complicar la indagatoria en curso.
Y es que esta postura da un impulso a las acusaciones de Trump, quien sigue atacando a la agencia y al gobierno por usar este expediente con fines políticos.