El ejército ucraniano dio otro golpe al invasor al lanzar el mayor ataque contra Rusia en una incursión a días de cumplirse dos años y medio de la guerra.
Tropas impulsadas por el éxito en Kursk — a 130 kilómetros de la frontera— vulneraron la defensa enemiga al destruir tres aviones en la base Savasleyka y dañar cinco unidades más con el despliegue de drones, acto que corroboraron la Inteligencia y el Ministerio de Defensa, según el diario Kiev Independent.
Acto con el que reiteran que se puede sorprender al régimen de Vladimir Putin, tras avances territoriales y ataques a almacenes de armas y petróleo, y modificar la línea del frente de batalla en esta larga lucha de resistencia, mientras que el presidente Volodimir Zelenski instó a sus aliados a quitar la restricción de usar armamento donado contra Moscú, al tiempo que esperan equipo ante posible represalias, pues Kiev recibirá 50 aeronaves no tripuladas de Países Bajos para detectar artefactos enemigos, luego de provocar la rendición de cientos de invasores.
Pese al daño, el Kremlin minimizó la embestida al sostener que interceptó 45 drones en la capital, Briansk y Belgorod, aunque varios dieron en el blanco en referencia a “uno de los mayores intentos de la historia de atacar Moscú”, de acuerdo con el alcalde capitalino, Sergéi Sobianin.
Y en un intento de mostrar a Kiev como el agresor lo acusó de sabotaje y perpetrar su territorio, acto que se frustró.
