Líderes de ultraderecha en Francia arremetieron contra la estrella de su selección Kylian Mbappé por su llamado a los jóvenes para evitar que los “extremos” ganen en las próximas elecciones.
Sus declaraciones acapararon el arranque oficial de ayer para la campaña de cara a la renovación de la Asamblea Nacional cuando la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de la ultranacionalista Marine Le Pen lo acusó de incidir en los más jóvenes y dar “lecciones políticas” a quienes lo admiran.
El vicepresidente de esa fuerza, Sébastien Chenu, fue duro con el capitán de 25 años al instar a sus aliados a “contener” al ahora jugador del Real Madrid, quien sin mencionar al partido se pronunció contra grupos que no representan sus valores y aludió a “extremos”, término usado por el presidente Emmanuel Macron.
Consciente del impacto del delantero de 25 años entre las generaciones más jóvenes, el político exhortó a éste a la contención y respetar la oportunidad de vestir la camiseta de Les Blues al declarar a France Inter que ese papel no le corresponde, ante lo que el exjugador del Paris Saint-Germain dijo que el deporte no lo desconecta del momento inédito en su nación. Y enfatizó que la actualidad política “es más importante que el futbol” a horas de debutar en la Eurocopa, donde su equipo venció con autogol a Austria.
No obstante, aliados de Le Pen aprovecharon la polémica para cuestionar los intereses de Kylian Mbappé, quien recalcó que quería sentirse orgulloso después de los comicios en referencia a que sus valores no coinciden con los de la extrema derecha, pero no definió su postura, aunque destacan que hay una cercanía con el mandatario, quien lo invitó al Palacio del Elíseo y a quien reveló su fichaje antes de firmar con los galácticos.
A esa postura se sumaron voceros que lo tildaron por tratar de dividir a Francia al aprovechar que es una figura mediática, uno de ellos fue Andre Kotarac quien sostuvo que el nominado al Balón de Oro “fractura al país y agrava la situación”, mientras que otros ultranacionalistas minimizaron su mensaje al declarar que no se sintieron aludidos, en un intento de no darle más juego en el terreno político.
Con ello, se evidencia la repercusión mediática, pues en su calidad de casi “héroe” nacional supera en seguidores al líder de derecha Jordan Bardella quien atrae a los jóvenes a través de TikTok y lo colocan como posible primer ministro, pero sin el mismo poder que el delantero.
En tanto, aliados de Macron destacaron el mensaje valiente del delantero galo para involucrar a los jóvenes, pues el premier Gabriel Attal destacó su interés para que comparen propuestas.
Y resalta que Mbappé no fue el único que se pronunció contra los ultras; sus compañeros en la selección Marcus Thuram y Ousmane Dembélé también lo hicieron, el primero llamó a que ese sector “no pase” al advertir un escenario grave, mientras que el otro admitió que hay una alarma ante el crecimiento de esa tendencia, que se caracteriza por medidas antimigrantes y contra minorías.
Tema en el que los respaldó el técnico y exfutbolista Thierry Henry, quien afirmó a reporteros que está en contra de lo que divide al país y precisó que la única forma de frenar a esos extremos es votar.
Y ellos no fueron los únicos ligados al futbol en hablar sobre el futuro político, pues la ministra del Deporte, Amélie
Oudéa-Castéra, al referir que la estrella francesa sólo dio su opinión, mientras que el titular de la Federación francesa (FFF), Philippe Daillo, argumentó que los atletas también son ciudadanos y sólo hicieron patente su libertad de expresión ante un tema en el que todos están involucrados, aunque pidió neutralidad.
Ante este escenario, Reuters destacó el impacto que tiene el hijo de un inmigrante, pues su papá Wilfred Mbappé nació en Camerún, al aludir directamente a una mayor influencia en su pueblo natal Bondy, donde es visto como “héroe” y la población ya reconoce un importante riesgo por el avance de RN.
Unos afirman que, aunque lo rechace, sí tiene conductas racistas al promover límites de ciudadanía a extranjeros, condicionar el acceso a trabajo y vivienda y hasta intentar imponer vetos contra quienes piensan diferente, como seguidores del islam o sobre el uso del hiyab.