Corea del Sur demandó al régimen norcoreano detener de inmediato la escalada militar, luego de que se reportaran nuevas pruebas cerca de la frontera.
El ejército de Kim Jong-un retomó los ejercicios intermitentes al disparar hasta 250 proyectiles en la región intercoreana hacia ambos lados de la península, lo que supone un aumento de tensiones.
De acuerdo con datos del Estado Mayor Conjunto de Seúl, difundidos por la agencia Yonhap, las fuerzas enemigas lanzaron 100 proyectiles hacia el mar Amarillo y una hora después intensificó sus pruebas al usar 150 armas extra hacia el mar del Este, el mismo contra el que ha lanzado por igual artillería y misiles de corto y largo alcance.
Tras los hechos que fueron tomados como una nueva amenaza, el gobierno surcoreano recordó a los del norte que son sus fuerzas las que violan acuerdos militares y socavan la estabilidad regional, pues en lo que va del mes ya suman ocho rondas de pruebas con miras a amedrentar al vecino y sus armas también representan un riesgo para Japón.
Sin embargo, esta vez no hubo respuesta militar del gobierno de Seúl que en días pasados también lanzó misiles y desplegó a su fuerza aérea para mostrar que no se intimidarán ante el poderío que insiste en mostrar Jong-un, pero líderes reconocieron que podría ser un nuevo llamado de atención, pues en días recientes los de Corea del Sur mantuvieron sus ejercicios militares junto a Estados Unidos y Japón, este último también amenazado por los lanzamientos desde Pyongyang.
