Pese a una apertura parcial del Papa Francisco, el Vaticano cierra las puertas en temas polémicos al calificar de “violaciones graves” a la dignidad humana el aborto, la maternidad subrogada y el cambio de sexo o género, entre otras temáticas con las que busca llamar a la reflexión.
Según el texto “Dicterio para la Doctrina de la Fe: ‘Dignitas infinita’”, recopilado tras cinco años de una exhaustiva revisión, hay ideologías, prácticas o simples teorías que han ganado terreno en los últimos años que contravienen la dignidad humana, atentan contra la concepción y hasta ignoran la creación de Dios.
Por ello, la Santa Sede emitió una larga lista de “malentendidos” condenables, al aclarar que en realidad suponen una agresión a verdades universales y, lamentablemente, proliferan en la sociedad.
Entre éstas destacan dos condiciones ligadas a la concepción y al nacimiento, pues rechazó de manera contundente la “eliminación deliberada de un ser vivo”, en referencia a una “peligrosísima crisis del sentido moral” como llamó al aborto.
Según el material analizado a petición del Pontífice argentino, se considera que a nivel mundial se ha atenuado la gravedad de este acto al disfrazarlo de “interrupción del embarazo”. Incluso, se alude a san Juan Pablo II al recordar que quien también fue jerarca de la Iglesia católica tachó de “grave e ignominioso” ese procedimiento por debilitar la conciencia de muchos para justificar que bebés no nazcan, con lo que el Vaticano avivó el debate histórico entre activistas en favor de esa práctica y los llamados grupos provida, mientras cada vez más naciones exigen éste como un derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
Al respecto, también la Iglesia se pronunció en contra de los llamados vientres de alquiler con los que se viola la dignidad de un niño, al convertir la concepción en un negocio o producto comercial y hacer de los nacimientos un acto “inducido artificialmente”.
Y aunque remarcó a fomentar la bondad y el interés de aclarar dudas, en realidad no dejó margen de interpretación al rechazar ideologías marcadas en el mundo como los intentos de cambiar de género o sexo.
A sólo unos meses de que Francisco I llamó a bendecir a las parejas gay, el documento de casi 20 páginas recalcó que ciertas ideologías nuevas sólo reflejan la tentación humana, pues el Vaticano negó cualquier intento de borrar las diferencias sexuales al reconocer que en el mundo sólo existen los hombres y las mujeres, anulando el reconocimiento que exigen las comunidades LGBTQ en varios países.
Y señaló que las únicas excepciones son para corregir “anomalías genitales” de nacimiento, pues dichas operaciones no constituyen un cambio de sexo.
Asimismo, se lanzó contra otras amenazas a la “naturaleza humana” como la eutanasia, al acusar que en vez de acompañar en la muerte se provoca ésta, así como la pena de muerte, discriminación a personas con discapacidad, migración, pobreza, trata de personas y hasta condiciones laborales degradantes.
