Maduro echa de Venezuela a Derechos Humanos de la ONU

El régimen de Nicolás Maduro expulsó al personal de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) al alegar una supuesta actitud “colonialista”, acto que la oposición en Venezuela atribuyó a las críticas por la persistente represión.

Ante las exigencias para liberar a la activista Rocío San Miguel y para garantizar elecciones libres, el chavismo escaló en su contención rival y esta vez se lanzó contra un ente internacional. A más de cuatro años de que ése se instalara en la región, Caracas ordenó suspender sus actividades y dio a sus 13 empleados sólo 72 horas para abandonar la nación sudamericana voluntariamente, mientras no rectifique su postura.

El Canciller, Yván Gil, justificó la reprimenda a la Oficina Técnica de Asesoría al acusar en conferencia que el Alto Comisionado se convirtió en un “bufete particular de golpistas y terroristas”, al ponerse del lado de quienes respaldan una intervención extranjera por sus diferencias con el Gobierno.

En vez de actuar con imparcialidad conforme a la Carta de Entendimiento, la ONU optó por secundar la impunidad de disidentes; por ello, exhibió que dicho grupo respalda a la oposición mientras el Gobierno pretende fijar un calendario electoral con la Plataforma Unitaria Democrática, en un intento de demostrar que mantiene el diálogo para los comicios en los que Maduro va por la reelección al sacar del juego a la aspirante María Corina Machado, a quien inhabilitó.

Sin especificar en qué actos se sobrepasó la oficina de Volker Turk y a un año de amagar con romper con ésta, el titular del Ministerio de Exteriores adelantó que revisarán la cooperación que mantenían hasta ayer, pues la ONU “ha exacerbado los ataques contra Venezuela” al llegar a un nivel “intolerable” de críticas e interferir en temas internos.

Hecho que líderes de oposición vincularon a las declaraciones de Turk, quien a inicios de semana reportó que seguían sin ubicar el paradero de la abogada arrestada el pasado 9 de febrero y quien días después fue recluida en la cárcel más cruel por presuntamente conspirar para matar a Maduro; mientras que el relator especial sobre el Derecho a la Alimentación, Michael Fakhri, reportó el riesgo alimentario en esa región.

En respuesta Venezuela recriminó a las Naciones Unidas que esté más preocupada por proteger a opositores venezolanos y reproducir sus mentiras que de la “barbarie genocida” en Gaza, donde el ejército israelí bombardea a palestinos en su arremetida contra Hamas; asimismo, exhibió que ni siquiera se pronunció por el supuesto intento de magnicidio conocido contra Maduro Moros, bajo la trama “Brazalete Blanco”.

Este rompimiento pone en evidencia una mayor represión y persecución en Venezuela, pues el chavismo no tiene intención de respetar los derechos humanos con tal de aferrarse al poder, como lo hizo antes Hugo Chávez.

Por ello, críticos y organismos dentro y fuera de Venezuela condenaron la expulsión de la Oficina de Derechos Humanos. La vocera del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani, enfatizó que ya evalúan cómo responderán al desafío y que su compromiso es con la protección de los derechos y no con ese Gobierno.

Por separado, Human Rights Watch (HRW) repudió el intento de acabar con un ente “fundamental” ante la grave situación que vive Caracas. La directora del área para las Américas, Juanita Goebertus, convocó a naciones del mundo a ejercer más presión para garantizar su permanencia, mensaje que tuvo eco en la opositora Machado quien pidió a aliados una respuesta contundente para impedir que Maduro extienda la represión.

En tanto, asociaciones, como Provea y Civiles, denunciaron que ello detonará más “desprotección” y “fragilidad”, con sectores que viven con temor a ser detenidos, lo que en Nicaragua comparan con la embestida de Daniel Ortega a organizaciones sociales; esto mientras siguen los reclamos para liberar a San Miguel, pues ayer Argentina, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Uruguay emitieron un “enérgico llamado” para exigir su liberación y el retiro de los cargos, según un comunicado.

No obstante, el régimen está decidido a enfrentar a sus rivales.

Horas después Maduro asestó que derrotará a sus rivales, como el imperialismo. Aseguró que Caracas tiene la capacidad de salir airoso y vencer a sus críticos, en referencia a Estados Unidos, potencia a que acusó de querer convertirla en una colonia, pero no le inquieten las sanciones de un país que también monitorea el caso San Miguel, tema en el que el fiscal Tarek Williams advirtió a disidentes que podrían detenerlos, el recordar que falsas acusaciones de una “desaparición forzada” son un delito en el país.