Las imágenes que han dejado las lluvias en Brasil son devastadoras. Hemos visto hombres y mujeres ayudando a rescatar a sus familiares, a sus vecinos, a sus mascotas, en medio de una tragedia que, al cierre de esta nota, acumula un centenar de personas muertas.
El rescate de un bebé en las inundaciones, el drama de un hombre que gritaba "déjenme rescatar a mis 'hijos'", obligando a cuerpos de rescate para regresar a lo que quedaba de su domicilio y sacar de ahí a sus cuatro perritos. Sufren todos parejo, sin embargo, las zonas de alta pobreza se ven más afectadas: desde niños y niñas, hasta jóvenes, adolescentes, adultos, adultos mayores, animales...
En una de estas imágenes que se ha viralizado en redes sociales, vemos a un caballo en el techo de una casa, esperando ser rescatado para no morir ahogado. El animal sigue dramáticamente la subida del agua, esperando que no lo alcance antes de que alguien pueda rescatarlo.
Dos patitas en cada lado del techo
Todo ocurrió en una casa en Canoas, en Río Grande do Sul, en Brasil, durante la mañana de éste miércoles. Lo que parece ser -a nuestra imaginación- un pedazo largo de lámina rodeado de cartón, en realidad es el techo de una casa que está soportando el peso de un caballo que lo único que desea es ser rescatado.
El animal sigue con la vista la línea del agua, esperando que no alcance sus patas. En medios de comunicación la noticia se difunde junto con lo que parecen ser las coordenadas del animal, esperando que las brigadas de rescate logren llegar a él.
Y no sólo es el caballo. Hay decenas de animales domésticos que están siendo objetivo para las asociaciones protectoras de animales para que sean rescatados lo más rápido posible, tomando en cuenta que las vidas humanas se priorizan para las autoridades, pero que también se está dando la difusión para que las mascotas, los animales afectados, o sean apoyados para encontrar a sus dueños, o que sean trasladados a albergues para encontrarles un nuevo hogar.
La tragedia en números
La Defensa Civil, al cierre de esta nota, acumulaba 131 personas desaparecidas, 362 heridas, 100 personas muertas y un millón y medio de damnificados. Estas lluvias e inundaciones han afectado sin precedentes a Brasil, principalmente a Rio Grande do Sul.
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