La esposa del aspirante presidencial en Nicaragua Miguel Mora, Verónica Chavez, relató cómo la Policía irrumpió con saña en su casa la noche de ayer para detener al opositor.
La también periodista relató que estaban viendo la televisión alrededor de las 22:00 horas, después de acostar a su hijo Miguel, quien tiene una discapacidad, cuando empezaron a escuchar mucho ruido afuera de la casa.
“Vinieron como 60 antimotines y como 10 patrullas para llevarse a una persona desarmada”, comentó en entrevista con La Prensa de Nicaragua y señaló que sin mostrarles una orden de aprehensión, esposaron a Miguel para subirlo a una unidad solo, mientras que a ella la encañonaron para evitar que interviniera.
Detalló que los uniformados patearon su puerta para allanar el domicilio sin importar que había un menor de edad sólo para actuar contra un opositor de la Coalición Nacional, a quien consideran “enemigo" por aspirar al cargo que ocupa actualmente Daniel Ortega desde hace 14 años.
Verónica Chavez tortura contra su esposo, precandidato a la presidencia de Nicaragua
La esposa recriminó que nuevamente sean sometidos a estos ataques, luego de que Miguel Mora ha sido agredido de manera incesante como periodista, político y hasta por su religión, y como familia han sido "víctimas de asedio, persecución, amenazas de muerte, campañas sucias, desprestigio, injurias y calumnias”.
Verónica Chavez agregó que antes de que irrumpieran en la casa, el periodista les dijo que no era necesario la violencia, mientras ella suplicaba parar de romper todo lo que encontraban a su paso, pues podrían asustar y alterar al pequeño, quien incluso podría sufrir convulsiones, por lo que responsabilizó a Ortega de cualquier cosa que le pase a su esposo, su hijo o ella.
Agregó que los policías se llevaron equipo electrónico como computadoras y celulares, rompieron múltiples objetos en la casa y revisaron documentos.
Asimismo, exigió el respeto a la integridad de su esposo tras recordar que cuando fue detenido en diciembre de 2018 fue torturado psicológicamente y golpeado en varias ocasiones, hechos en los que “le fregaron los ojos, la vista y espero no lo toquen, que me digan dónde tienen a mi marido” y lamentó que años después vuelvan a enfrentar este asedio por parte del régimen de Ortega.
