En los 13 meses que se estima que duren las obras de rehabilitación de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), se prevé que se afecte al menos a 20 millones de usuarios, o alrededor de 60 mil pasajeros al día, coincidieron expertos.
Fernando Gómez, analista del sector aéreo, señaló a La Razón que, si bien la obra es necesaria, sin duda los pasajeros que lleguen a la terminal se verán afectados con demoras de vuelos, cancelaciones y diversas molestias.
El 11 de agosto pasado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador informó que la Terminal 2 del Aeropuerto Benito Juárez —que se construyó en el sexenio del expresidente Vicente Fox—, sufre hundimientos, por lo que tras realizar un análisis se determinó necesario intervenir la T2 con la finalidad de que sea una obra que funcione de largo plazo.
Para ello, el Jefe del Ejecutivo mencionó que se decidió por realizar una obra pública a cargo del Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), en la que se prevé que se inviertan alrededor de 600 mdp que serán aportados por la Federación.
Hasta julio pasado, la Terminal 2 concentró el 43 por ciento de los pasajeros movilizados en el AICM, por lo que, de acuerdo con estimaciones de Fernando Gómez, el impacto será a la mitad del movimiento total de viajeros.
Es decir que, alrededor de 60 mil pasajeros diarios o 20 millones de viajeros en un año, podrían verse golpeados por este tema. Ante esto, explicó que para evitar estas afectaciones la posibilidad más clara sería reubicar a esos 60 mil pasajeros al día en otros aeropuertos de la Zona Metropolitana; sin embargo, para hacerlo se tendría que contar con una estrategia o un mecanismo para determinar esta posibilidad.
“Las obras que se tengan que hacer tendrán que realizarse para seguridad y protección civil, pero estamos hablando de un gran volumen de usuarios; fácil tenemos 20 millones de pasajeros al año 60 mil al día nada más en la Terminal 2. Creo que sí es necesaria la obra, pero también hay que ver lo que se va a hacer respecto con los vuelos, cómo se van a distribuir”.
López Obrador señaló en la misma conferencia que, el mayor problema del Aeropuerto de la Ciudad de México es la saturación, por lo que explicó que se limitará el número de operaciones cuando se tengan los resultados de un análisis que realiza la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Esto, sin duda abriría la puerta para mandar esas operaciones al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), pero también a la demás infraestructura con la que se cuenta, como el Aeropuerto de Toluca o el de Puebla.
“Se va a tener que resolver (las operaciones afectadas) en cuanto a la infraestructura que existe y estamos hablando ahí también del AIFA, del Aeropuerto de Toluca y el de Puebla, que, aunque ya existen, están subutilizados, y que en algunos casos les faltan adecuaciones”, añadió.
Aerolíneas. Para Carlos Torres, analista del sector aéreo y turismo, la T2 es muy relevante para la operación de al menos cinco aerolíneas; de las nacionales Aeroméxico y Aeromar, así como de Delta, Latam, Copa y la colombiana Wingo.
“Cualquier tipo de afectación que pudieran ocasionar estas obras a lo largo de los siguientes meses, sin lugar a duda le va a pegar a ciertas frecuencias que estas aerolíneas pudieran disminuir para poder hacer operativo su funcionamiento dentro de la Terminal 2”, destacó.
Los expertos coincidieron en que para las líneas aéreas el efecto más claro será un incremento o duplicidad de costos, si es que se tienen que trasladar a otras terminales, pero también un impacto económico si se limita el número de vuelos.
“Más allá de las molestias que causa a las aerolíneas y a los cambios de itinerarios, habría que cuidar que no redunde en una afectación a la conectividad de los destinos nacionales, pero también de los internacionales con quienes hay operación desde la Terminal 2”, dijo.
Otros retos importantes. Edmundo Gamas, director del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura (Imexdi), mencionó que, la terminal aérea es una infraestructura crítica, la cual, “en el mejor de los casos”, sólo generará incomodidad para los pasajeros y en el peor de los casos, tendrá que cerrar para su construcción.
En entrevista, el experto sostuvo que realizar obras en aeropuertos no es una tarea fácil, aunado a que el gobierno capitalino no cuenta con expertos en aeropuertos, por lo que mencionó, esperaría a que recurrieran al sector privado para buscar el expertis que se necesita, “de otra manera, esta parte va a ser todavía más dolorosa”.
Señaló que los retos a los que se enfrentarán son los relacionados con las condiciones del suelo, un tema que se advertía desde la construcción de la Terminal 2 y que al final del día esa alerta terminó por materializarse.
“El suelo es inestable en el aeropuerto, entonces eso hace que cualquier obra que se tenga que hacer se realice con muchísimo cuidado, porque sabemos de antemano que va haber inestabilidad en el subsuelo y se va a tener que atender ese factor, además de la parte de sismos y el tráfico que tenemos, que es muy intenso en el aeropuerto”, detalló.
