La actualización en las tarifas de pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) implican un ajuste que beneficia a la mayoría de los empleados, en todos los niveles de ingresos, pues se reduce el pago del gravamen, principalmente a los trabajadores que ganan menos, aseguró la presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Adriana Berrocal.
En entrevista con La Razón, la especialista explicó que en el artículo 152, de la Ley del ISR, se establece que las tarifas para calcular el impuesto se deben ajustar cuando la inflación acumulada supere el 10 por ciento.
El dato
Si este año tuvo un salario de 100 pesos y para 2018 sube 5.0%, ganando 105 pesos, pasaría al siguiente renglón y pagaría más impuestos. Ahora se quedará igual.
De esta manera, al pagar menos impuestos el salario se ajustaría al alza, lo que se verá reflejado en un mayor ingreso del trabajador. para la mayoría de los casos; en los menos, se quedaría igual.
Estás tarifas comprenden cuatro renglones: un límite inferior, un límite superior, una cuota fija y el porcentaje de pago de ISR, que va de 1.92 por ciento para los menores salarios hasta 35 por ciento para los más elevados.
Entonces, al haber acumulado la inflación un 10 por ciento de 2013 al 2017, por ley se deben actualizar los límites inferiores, superiores y la cuota fija. Lo que en economía se conoce como “quitar el efecto inflacionario”.
“Algunas de las tarifas quedarían como están, el trabajador no verá movimientos; o bien, habrá una reducción en el pago del impuesto, lo que será una agradable sorpresa para los empleados”
Adriana Berrocal Presidenta del IMEF
El consultor independiente, Arturo Urbina, recordó que la inflación es un “impuesto oculto”, pues cuando los precios se incrementan, se merma el poder adquisitivo de las personas, es decir, pagan más por el mismo producto.
Y si el salario no se eleva conforme el alza a la inflación, entonces, también se observa una reducción en el salario.
Al ajustar las tasas de ISR por inflación, se obtendrán menos pagos de impuestos al ingreso, favoreciendo en especial a quienes ganan menos.
“Se esperaría que algunas de las tarifas queden como están, es decir el trabajador no verá movimientos, o bien, habrá una reducción en el pago del impuesto, lo que será una agradable sorpresa para los empleados”, dijo Berrocal.
Aclaró que el ajuste es tres renglones de la tabla, por lo que en ningún caso hay incremento en el rubro que calcula el porcentaje del pago de ISR, por lo que ésta se mantiene fija, y no representa un alza en el cobro del gravamen.
Por su parte, quienes observen un aumento de sueldo, no mayor a la inflación, es decir, que sea igual o menor, el pago del ISR tampoco debe aumentar.
Mientras que, en caso de que el incremento al salario supere el 10 por ciento de la inflación, no por el ajuste, la persona podría brincar del límite superior, y entonces, podría pagar más ISR.
Como ejemplo, la presidenta del IMEF mencionó que si este año se tuvo un salario de 100 pesos y para 2018 se incrementa un 5 por ciento, ganando 105 pesos, si no se diera la actualización de la tabla de pago de impuestos, el trabajador pasaría al siguiente renglón salarial, con un porcentaje mayor en el pago de ISR. Con el ajuste, se quedaría en el mismo rubro sin pagar más impuestos.
Para el caso de personas que no tengan alzas de sueldo, se podría observar una reducción en las cuotas impositivas, de hasta el 10 por ciento.
Cabe recordar que la última actualización a este gravamen se hizo en 2013. La inflación acumulada desde entonces a septiembre de 2017 fue de 14.71 por ciento, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Comentaron que si el Senado aprueba esta actualización, ya avalada por la Cámara de Diputados en la Ley de Ingresos, las tablas con los nuevos rangos, deberán darse a conocer el 1 de enero de 2018.