El hecho de que se sometiera a consulta la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), incluso cuando la evidencia técnica asegure que su posición es la correcta, ya comenzó a tener incidencia en los mercados, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
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A través de su reporte semanal, el organismo privado explicó que la confianza es un factor fundamental que contribuye a fortalecer la inversión privada, nacional y extranjera, lo cual es la fuente principal del crecimiento económico y de la creación de empleos; no obstante, señala que para que eso suceda es importante que se tenga claridad en las reglas del juego.
“Mucho tiempo se ha tratado de establecer un ambiente de negocios que estimule la inversión a través de políticas públicas que ofrezcan la mayor seguridad posible al capital. No obstante, la coyuntura pareciera mostrar que esto puede cambiar, dadas algunas decisiones que el equipo de la próxima administración ha anunciado.
“Incluso ha comenzado a instrumentar, sin haber tomado posesión oficialmente de sus cargos, mostrando que las decisiones políticas pueden tener más fuerza que el análisis técnico. Si esta práctica se convierte en común denominador del nuevo gobierno, la certidumbre de los inversionistas podría debilitarse”, refirió.
En este sentido, añadió que el hecho de dejar la construcción del nuevo aeropuerto en manos de “unos cuantos”, mediante una consulta, la cual, afirma el organismo, ha sido colmada de irregularidades con el fin de que la consulta se dirigiera a considerar Santa Lucía, comenzó a tener incidencia en la certidumbre que se tiene en el país.
Ahondó en que la confianza es un activo fundamental para mantener a México como destino atractivo para las inversiones. Por otra parte, consideró que el tema de la empresa productora del Estado, Pemex, reporta montos de deuda históricamente elevados, aunado a una caída en lo niveles de producción y reducida solvencia económica, lo cual se reflejó en la confianza que tienen las calificadoras después de la decisión de Fitch Ratings.
La decisión que tomó esta firma, al pasar de estable a negativo el perfil de la deuda de Pemex, como respuesta a la intención del próximo gobierno, de modificar la estrategia comercial de la empresa y la cual se centra en reducir las exportaciones de crudo, sin duda es una mala señal para los mercados, toda vez que si esta percepción empeora para su nueva valoración en los próximos seis meses podría conducir a un incremento en la percepción de riesgo, propiciando un aumento en las tasas de interés que Pemex debe pagar por sus compromisos.
Añadió que la modificación en el perfil de la deuda de Pemex a negativo también responde a las cuantiosas transferencias de recursos al Gobierno Federal, que dejan en una situación financiera difícil a la empresa ocasionando aumentos constantes en sus niveles de deuda.
Hay que recordar que de 2012 al segundo trimestre del presente año, la deuda de Petróleos Mexicanos pasó de 40 mil millones de dólares a 104 mil millones de dólares.
Asimismo, el hecho de que el nuevo gobierno señalara que sólo se extraerá el petróleo que requiere el país para consumo interno, traería serias consecuencias para las cuentas pública, en especial para la situación de la firma.