El Banco Mundial advirtió que México se mantendrá en un escenario de desaceleración económica, luego que la región de América Latina y el Caribe se mantengan en un bajo desempeño económico.
Los acuerdos comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y UE-Mercosur, negociados en el transcurso del último año, representan oportunidades hacia una mayor integración comercial.
Ambos pueden tener efectos positivos considerables sobre el crecimiento, aunque deberán abordarse los impactos ambientales y las potenciales repercusiones negativas sobre ciertas áreas.
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De acuerdo con el informe “¿La integración comercial como vía hacia el desarrollo?”, de la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, se estima que las cadenas de valor podría reavivar la expansión económica regional.
“Luego del rápido crecimiento derivado de los altos precios de las materias primas en la primera década del siglo XXI, la región ahora se encuentra en una etapa de bajo desempeño”, dijo Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
“Los años de precios elevados para las materias primas quedaron claramente atrás. Ahora debemos concentrarnos en áreas como la integración comercial para impulsar la productividad de la región”, añadió.
Se prevé que el Producto Interno Bruto de la región de América Latina y el Caribe (excluyendo Venezuela) crezca un 0.8 por ciento en 2019 y un 1.8 por ciento en 2020, añadió el análisis.
Las perspectivas a corto y mediano plazo nos son particularmente alentadoras. El nivel de las exportaciones ha sido relativamente bajo y el reducido espacio fiscal deja poco margen para estimular la demanda interna.
México, beneficiado ante guerra comercial entre EU - China
Las tensiones comerciales hasta ahora han beneficiado a varios países de la región. Por ejemplo, México superó a China como el principal socio comercial de Estados Unidos y en China, Brasil le está quitando cuota de mercado a los exportadores de soja estadounidenses, añadió el informe.
El Banco Mundial también reveló que la integración relativamente baja de la región al comercio internacional y a las cadenas de valor globales ha dificultado el crecimiento.
Esta escasa apertura económica es el resultado de políticas que condujeron a un mayor nivel de restricciones comerciales que en la mayoría de las regiones en desarrollo.
Las barreras arancelarias y no arancelarias son particularmente elevadas en los países del Atlántico.
Durante décadas, los países de América Latina y el Caribe se enfocaron en acuerdos comerciales preferenciales como forma de impulsar su integración internacional.
Sin embargo, la inmensa mayoría de estos acuerdos fueron intrarregionales. Recién en los últimos años se han vuelto más comunes los acuerdos Sur-Norte, particularmente en los países del Caribe y el Pacífico.
“Todos los acuerdos comerciales preferenciales derivan en un mayor nivel de comercio bilateral, pero solo los acuerdos Sur-Norte pueden aumentar la complejidad económica de los países en desarrollo signatarios”, explicó Martín Rama.
Los acuerdos T-MEC y UE-Mercosur pueden tener un efecto global positivo considerable sobre el crecimiento. En línea con las ventajas comparativas de los países respectivos, la producción intensiva en mano de obra calificada probablemente aumente en México, así como la producción ganadera y de soja en los países del Mercosur.
Sin embargo, el alcance de la reestructuración sectorial será limitado; de hecho la participación de los sectores agropecuario y manufacturero se mantendrá prácticamente sin variaciones.
El principal beneficio económico vendrá del aumento previsto de la complejidad económica, dado que estos nuevos acuerdos “profundos” implican un mayor nivel de competencia interna y estándares más elevados.
lps