Si bien la flexibilización de la política monetaria del Banco de México (Banxico) debería traducirse en una aceleración en el crecimiento y el consumo de préstamos, esta teoría no se aplica necesariamente a México, consideró Barclays.
De acuerdo con un análisis de la institución, el consumo privado representa 65 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y solo es marginalmente impulsado por tasas más bajas, ya que la penetración bancaria es baja.
En cambio, precisó, reina una sensación de "todo es bueno" bajo un peso estable y fuerte frente al dólar, por lo que la estrategia de reducción de tasas del Banxico no necesariamente lograría un mayor consumo y crecimiento económico.
La compañía de servicios financieros con sede en Londres consideró que, por el contrario, la estabilidad cambiaria se ve afectada al disminuir el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos.
“En teoría, la flexibilización de la política monetaria debería traducirse en una aceleración en el crecimiento y el consumo de préstamos. Sin embargo, esta teoría no se aplica necesariamente a México”.
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Recordó que el Banco de México comenzó un ciclo de relajación en agosto y hasta ahora ha llevado a cabo tres recortes consecutivos de 25 puntos base, con lo que la tasa de referencia se sitúa en 7.5 por ciento.
Barclays explicó que existe la creencia de que tasas más bajas podrían ayudar a la economía a recuperarse a través de un mayor consumo e inversión, no obstante, aunque esto podría tener un efecto positivo a corto plazo, sería bastante limitado.
En este sentido, la firma estima que 100 puntos base de tasas más bajas se traduce en solo 0.1 punto porcentual de mayor crecimiento.
“La tasa podría llegar a cero y el impulso será muy limitado, mientras que la inestabilidad financiera podría causar otros problemas. En general, el caso de una acción más agresiva parece débil en las circunstancias actuales”, añadió.
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