La consultora de negocios McKinsey & Company planteó dos escenarios para proporcionar una perspectiva sobre la evolución de pandemia de Covid-19 y las implicaciones económicas.
Ante el aumento de más de 160,000 casos confirmados del virus y más de 6,000 muertes por la enfermedad, desarrolló formas en que podría desarrollarse la interacción entre el virus y la respuesta de la sociedad, así como las implicaciones para la economía en cada caso.
Recuperación tardía
En el primer escenario en relación a la epidemia, McKinsey & Company señaló que el crecimiento en el recuento de casos se ralentiza por el distanciamiento social efectivo.
Además, en el invierno del hemisferio sur ve un repunte en los casos, pero en ese punto, los países tienen un protocolo de actuación mejor desarrollado para la respuesta.
Mientras que el otoño de 2020 ve un resurgimiento de infecciones, una mejor preparación permite una actividad económica continua.
Para la economía prevé una recuperación tardía pues las cuarentenas a gran escala, las restricciones de viaje y las medidas de distanciamiento social provocan una fuerte caída en el gasto de los consumidores y las empresas hasta el final del segundo trimestre, produciendo una recesión.
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Añadió que en la mayoría de las partes del mundo a fines del segundo trimestre, la dinámica de una recesión entra en acción y prolonga la depresión hasta el final del tercer trimestre.
Señaló que en la primera etapa los consumidores se quedan en casa, las empresas pierden ingresos y despiden trabajadores, y los niveles de desempleo aumentan bruscamente.
Así mismo, los contratos de inversión empresarial y las quiebras corporativas se disparan, ejerciendo una presión significativa sobre el sistema bancario y financiero.
Entorno a las medidas para combatir impacto, indicó que la política monetaria se suaviza aún más en el primer trimestre, pero tiene un impacto limitado, dadas las bajas tasas de interés vigentes. Las respuestas fiscales modestas resultan insuficientes para superar el daño económico en el segundo y tercer trimestre.
Por ello señaló que se necesita hasta el cuarto trimestre para que las economías europeas y estadounidenses vean una verdadera recuperación.
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Contracción prolongada
En el segundo escenario, McKinsey & Company plantea una contracción prolongada donde la epidemia no alcanza su punto máximo en las Américas y Europa hasta mayo, ya que la demora en las pruebas y la débil adopción del distanciamiento social obstaculizan la respuesta de salud pública.
El virus no demuestra ser estacional, lo que lleva a una larga cola de casos durante el resto del año. África, Oceanía y algunos países asiáticos también experimentan epidemias generalizadas
Incluso los países que han tenido éxito en el control de la epidemia como China, se ven obligados a mantener algunas medidas de salud pública para evitar el resurgimiento.
En el tema económico, la consultora explica que la demanda sufre a medida que los consumidores reducen el gasto durante todo el año.
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En los sectores más afectados, el número de despidos corporativos y quiebras aumenta a lo largo de 2020.
El sistema financiero sufre una angustia significativa, pero se evita una crisis bancaria a gran escala debido a la fuerte capitalización de los bancos. Las respuestas de política fiscal y monetaria resultan insuficientes para romper la espiral descendente.
El impacto económico global es severo y se acerca a la crisis financiera mundial de 2008-2009. El Producto Interno Bruto se contrae significativamente en la mayoría de las principales economías en 2020, y la recuperación comienza solo en el segundo trimestre de 2021.
JVR