La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimaron que al cierre del año 83.4 millones de personas no cuenten con los ingresos suficientes para una canasta básica, debido a la crisis sanitaria del COVID-19.
“Producto de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, la población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83.4 millones de personas en 2020, lo que implicaría un alza significativa en los niveles de hambre, debido a la dificultad que enfrentarán dichas personas para acceder a los alimentos”, indicaron ambos organismos.
En la presentación del informe conjunto “Evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una catástrofe alimentaria. Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe”, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, resumió que “hay un aumento en la posibilidad de una crisis alimentaria”.
Destacó que la situación se agrava en el entorno rural, donde uno de cada cuatro personas, estarán en situación de pobreza extrema al cierre de 2020.
La secretaria Ejecutiva de la Cepal indicó que la pandemia está destruyendo los ingresos de la población más pobre y con ello, su subsistencia. Por ello, indicó que la gran tarea es impedir que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria.
En el caso de México, Bárcena recalcó que si bien la política del gobierno actual consiste en “impedir que se socialicen las pérdidas y se privaticen las ganancias”, más medidas de estímulo “son muy urgentes” para contener el incremento en los niveles de pobreza y pobreza extrema.
El mayor riesgo se encuentra en la región sur, sureste del país, en las zonas rurales indígenas y en las localidades donde las remesas son también una fuerte nodal de ingresos para las comunidades agrícolas.
Por su parte, el representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Julio Berdegué, subrayó que los programas que ha implementado el Gobierno federal a campesinos “están bien enfocados”. Sin embargo, advirtió que “si no hay, al igual que en los otros países, un paquete integral, rotundo, que permita contener esto, sí aumentará los niveles de hambre y de inseguridad alimentarias”.
De acuerdo con las proyecciones de la Cepal, 47.8 por ciento de los mexicanos serán pobres y 15.9 por ciento se encontrarán en pobreza extrema.
Por otra parte, América Latina tendrá 13.5 por ciento de la población en pobreza extrema, por arriba de 12.2 de 2001. De los 83.4 millones que se esperan en esa condición, 30 serían de comunidades rurales.
JVR