La mayor parte de las aeronaves son de Boeing

Aeroméxico busca devolver 23 aviones para reducir deuda

La aerolínea solicitó la cancelación de contratos de arrendamiento de 10 aviones de su flota de pasajeros y 13 más de su servicio de paquetería

Aeroméxico tiene un pasivo por arrendamiento de aviones de mil 300 millones de dólares Foto: especial.

Como parte de su proceso de reestructura, Aeroméxico solicitó la cancelación de 23 contratos de arrendamiento de aviones, 10 de Aeroméxico y 13 de Aeroméxico Connect.

En el marco de su solicitud por el Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas en Estados Unidos, la aerolínea cancelará los arrendamientos o rechazará la recepción del 19 por ciento de su flota para recortar sus obligaciones con sus acreedores a fin de sanear sus finanzas.

Los contratos que pidió cancelar la aerolínea corresponden a nueve aviones Embraer E-170LR y cuatro más sin datos de modelo del servicio Connect; así como cinco aviones Boeing B737-700W y cinco más Boeing B737-800W.

“Como parte de sus actuales esfuerzos para reducir costos y racionalizar sus flotas, los deudores (Aeroméxico) determinaron que el equipo en renta en exceso no se ajusta más en su plan de negocios y, consecuentemente, no será utilizado por ellos. Del mismo modo, los arrendamientos tampoco proveen beneficios actualmente a las finanzas del deudor o beneficios que sean substancialmente menores que los costos correspondientes”, adelantó la empresa en un documento presentado el viernes pasado.

Aeroméxico tiene un pasivo por arrendamiento de aviones de mil 300 millones de dólares. Además, paga por un centenar de aviones alrededor de 36 millones de dólares mensuales, señala la empresa.

La flota de Aeroméxico actualmente se conforma de 126 aeronaves, de las cuales 25 son propias y las otras 101 se dividen en 96 unidades en renta mediante arrendamiento operativo estándar y cinco más están mediante arrendamiento operativo japonés, donde los accionistas nipones son los dueños y tienen opciones de compra.

El 30 de junio, Grupo Aeroméxico inició un proceso de reestructura financiera amparado por el capítulo 11 de la Ley de Bancarrota de Estados Unidos, con lo cual pretende aliviar sus finanzas ante el impacto del COVID-19.

JVR