Acusan irresponsabilidad de la CNBV

“Tenía 21 años ahorrando, ahora es una pesadilla”: el infierno para ahorradores de Famsa

580 mil 774 trabajadores, jubilados e inversionistas resultaron afectados con el proceso de liquidación del banco; no podrán recuperar totalidad de sus ahorros

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dads Foto: Especial

El pasado 30 de junio la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) anunciaron el inicio de la liquidación de Banco Ahorro Famsa por irregularidades en su operación y malas prácticas.

Con esta decisión 580 mil 774 trabajadores, jubilados e inversionistas, resultaron afectados debido a que no podrán recuperar la totalidad de los ahorros que tenían en esta institución financiera; pese a que, a unos días del proceso de liquidación de Famsa, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) anunció el uso del Fondo de Protección a Ahorradores para resarcir daños a los clientes.

Se sabe que de los 578 mil 774 ahorradores un 99.57 por ciento del total contaban con un saldo de hasta nueve mil pesos, por lo cual es el segmento que recuperará la totalidad de sus ahorros. No obstante, existe otro universo de casi dos mil 500 personas que contaban con depósitos superiores a lo que se planteó, cubriría el seguro.

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Se trata de dos mil 454 clientes que contaban con un monto ahorrado superior a las 400 mil UDIs (unidades de inversión) o 2 millones 580 mil pesos -cantidad que para una buena parte representan los ahorros de toda una vida de trabajo- por lo cual no podrán acceder al seguro ofrecido por el IPAB.

Lo anterior lo sabe bien César, un hombre de 50 años, originario de Monterrey y que debido a la liquidación de la institución y por ende a la falta de acceso al dinero, que por más de 30 años ahorró, tuvo que mudarse a Guadalajara, a la casa de uno de sus amigos, quien le está ayudando en este momento tan complicado.

El ahorrador, que quiso ser identificado sólo con el nombre de César dijo a La Razón que hasta el momento no ha podido resolverse su situación, la cual calificó como un infierno, pues al estar incapacitado por una serie de cirugías a las que fue sometido hace poco, tuvo que abandonar la casa en la que vivía al no poder pagar la renta.

Esto es el infierno, porque una cosa es la pesadilla y otra cosa es el infierno y este caso es un infierno… nos sentimos totalmente desamparados. Tengo 21 años ahorrando, preparándome para tener un mejor futuro y que me roben así
Así describe un ahorrador en FAMSA su situación

César pertenece a este grupo de dos mil 500 personas, que concentra 30 por ciento de los recursos manejados por la institución financiera, y que no alcanzan el seguro que ofrece el IPAB, por lo que está en el limbo su deposito (monto cubierto por el IPAB) y el excedente (la totalidad de sus ahorros).

El usuario aseguró que fue irresponsabilidad por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que los ahorradores no se pudieran proteger, pues aclara que, de acuerdo con documentos, el regulador tenía conocimiento de ciertas anomalías en las que estaba cayendo la institución bancaria.

“La Comisión Nacional Bancaria y de Valores no nos cuidó a nosotros en este proceso y ni de las instituciones bancarias. Nos sentimos desamparados. ¿Cómo no nos alertaron a los ahorradores?”, aseveró.

Mario Di Costanzo, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señaló que desafortunadamente el ahorro protegido por el IPAB es por 400 mil UDIS, por lo cual, aquellos quienes tenían montos superiores deberán esperar el proceso de liquidación, el cual podría tardar más de un año.

Esta situación, César la observa con gran preocupación, pues al estar incapacitado, sin poder cobrar su salario al 100 por ciento y sin este ahorro que él ya tenía, mantenerse él y su familia será imposible.

“El tratamiento que le están dando las autoridades es que somos acreedores, estamos en el quinto lugar (de resolución), por lo que una vez que se termine el proceso de liquidación del banco, lo que puede durar un año y medio, dos o hasta tres años, tendremos que esperar a que recuperen la cartera, para ver si podemos acceder a nuestro dinero”, lamentó.

Di Costanzo mencionó que este segmento se encuentra hasta el quinto lugar de prioridades para el Banco; explicó que después de una problemática de este tipo, primero cobran los trabajadores, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), luego el IPAB con el monto que ha metido en el seguro, luego aquellos que tuvieran acciones con alguna garantía y por último los ahorradores.

“Ahí la ley marca que la Condusef debe de operar como un enlace entre el liquidador y los acreedores”, explicó.

“NO LES VAMOS A PAGAR”

El ahorrador mencionó que la semana pasada el grupo que conformó con los otros afectados se reunieron con autoridades del IPAB, quienes les dijeron que de manera puntual a los trabajadores que tengan hasta 400 mil UDIs sí podrán recuperar su dinero, pero para los que tienen más de esa cifra, la historia será diferente.

Cuando les preguntamos qué va a pasar con nosotros, con el tema del excedente, nos dijeron: a ustedes ni les recomendamos que demanden o que hagan ningún acto legal. De hecho, nos pueden traer cartas reclamando el excedente, no les vamos a pagar
impunidad

Ante ello, Di Costanzo explicó que lo que el IPAB no quiere admitir ante sus ahorradores, es que el proceso de recuperación de su dinero, será lento, con la posibilidad de que al concluir el proceso también accedan a sólo el 30 por ciento de monto ahorrado.

“Creo que aquí el IPAB no ha querido ser claro, y no debe de ser así, hay que decirle al usuario qué es lo que está sucediendo, porque de lo contrario se va a afectar todavía más este segmento”, dijo el ex directivo de Condusef.

LA UNIÓN HACE LA FUERZA

César reunió a un grupo de personas quienes se están informando, buscan alternativas para resolver su caso; sin embargo, el reto es mayúsculo debido a las medidas de confinamiento por Covid-19.

“A partir del 4 de julio empecé a buscar gente que estaba en el mismo caso; de diferentes lados de la República nos hemos unido para enfrentar este infierno, ahorita somos 250 personas que estamos haciendo análisis de despachos, viendo las alternativas, buscando opciones, asesorías, entre otras cosas”, señaló.

Explicó que dadas las circunstancias están haciendo hasta lo imposible por ser escuchados, por reunirse con las autoridades y poder recuperar su dinero.

“De hecho, también lo que queremos es que para todas aquellas personas o familias que están en las mismas condiciones que nosotros, que los invitamos a sumarse, porque nosotros estamos abogando por todo este grupo que nos encontramos en esta situación muy difícil, que además sólo estamos pidiendo que nos ayuden a recuperar nuestro patrimonio”, sostuvo.

CHEQUES DE CAJA, OTRO OBSTÁCULO

La problemática a la que se enfrentan los afectados por Famsa para recuperar sus ahorros se suma otra: los cheques de caja. Hay quienes para recuperar sus ahorros antes de la liquidación del banco decidieron acceder a cheques de caja para ser depositados en otra institución, la cual no aceptó esta petición dadas las condiciones de la institución bancaria.

Santiago es un profesor de la Universidad Autónoma de Nueva León, y el día que comenzó a escuchar rumores sobre la posible quiebra de Banco Famsa decidió sacar sus ahorros; lo consiguió el 30 de junio, alrededor de las 16:00 horas, tres horas antes de que la Secretaría de Hacienda llevara a cabo la conferencia de prensa donde daría a conocer la decisión de iniciar el proceso de liquidación del Banco.

A través de un cheque de caja emitido en la sucursal que se encuentra en la plaza comercial La Silla, ubicada en Eugenio Garza Sada, Santiago casi vació su cuenta; no obstante, al llegar a la sucursal del banco donde buscaría depositarlo, éste no fue admitido.

“Nos dimos cuenta que efectivamente el banco había sido intervenido y el IPAB se iba hacer cargo de todas las obligaciones bancarias que se tuviera de los otros ahorros hasta llegar a la cuenta de 400 mil UDIs, entonces estábamos tranquilos, porque nosotros no rebasamos esa cantidad”, detalló.

Relató a este diario que por el horario ya no pudieron regresar a la sucursal de Famsa para hacer el reclamo por lo que al día siguiente llegaron a la sucursal en donde les informaron que se les haría el reembolso.

“Les preguntamos a los ejecutivos que cómo iban a proceder con los cheques de caja y nos dijeron: usted no tenga mortificación, el cheque de caja se reincorpora a su cuenta, porque no pudo ya ser procesado por ninguna institución bancaria y es dinero que está protegido”, dijo.

Aún con la zozobra que causa el hecho de que los ahorros de tantos años de esfuerzo estén en perdidos, Santiago, su mamá y su hermana, quienes también fueron afectadas por el cierre de la institución, comenzaron los trámites a través de internet, como lo solicitó el IPAB, incluso tuvieron que batallar los días posteriores al anuncio de la liquidación, pues el sitio de Internet falló.

Días más tarde, a Santiago le llegó un correo de parte del IPAB, pero con una desagradable sorpresa, el saldo que le marcaba al ahorrador sólo por un monto de 48 pesos, lo cual quiere decir que no reincorporaron el cheque, como se había prometido.

En este sentido, el expresidente de la Condusef explicó que el IPAB debería devolver esos cheques y permitir que estas personas tengan acceso al seguro. “Esa sería una salida”.

También explicó que podrían obligar a las demás instituciones bancarias a aceptar el cheque.

“Si no lo hace, van a arruinar al usuario, porque se queda sin el dinero en el banco, sin el dinero en su cuenta, entonces lo van a mandar a ser acreedor del banco y tal vez lo manden a cobrar su dinero en un año y medio, y a la mejor, como en el caso anterior, podría acceder sólo el 30 por ciento del total”.

Santiago señaló que las autoridades no les han hecho caso pese a las múltiples menciones en las redes sociales del IPAB, llamadas telefónicas y en el sitio de internet de la institución; sin embargo, en ninguno de esos canales han recibido respuesta.

La Razón solicitó la versión tanto del IPAB como de la Condusef para saber de qué manera están manejando estos dos temas; sin embargo, al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta de ninguna de las dos instituciones.

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