El 19 de septiembre es una fecha histórica para México. Como una broma pesada del destino, hace tres años nuestro país repitió la historia que lo sorprendió en esa misma fecha, pero 32 años antes. En 2017 cientos de edificios se desplomaron en menos de un minuto tras un sismo de 7.1 grados que sorprendió a los mexicanos tan sólo horas después del simulacro conmemorativo del terremoto de 1985, que despertó a la Ciudad de México y a algunos estados aledaños a las 7:19 horas.
Este movimiento derrumbó el esfuerzo y patrimonio de miles de familias reflejados en una vivienda. Si bien el número de pólizas de seguro de inmueble creció con respecto a lo registrado antes del terremoto de 2017, aún hay una gran área de oportunidad, pues para un porcentaje alto de mexicanos proteger el hogar sigue sin ser una prioridad.
Al preguntar ¿por qué no proteges tu casa con un seguro de vivienda? la respuesta es casi unísona: porque es caro y no puedo pagarlo. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) hasta 2019 la adquisición de pólizas para proteger una casa de forma voluntaria representaba 6.5 por ciento del total de la oferta de los hogares que hay en México.
En opinión de Carlos Islas, experto en el tema de seguros, la baja penetración de los primas en general se debe a la débil información que se tiene entre los mexicanos respecto a este tema; es decir, que a la gente no le queda claro los beneficios o tienen ideas erróneas respecto al costo de una póliza para vivienda.
Esta última idea rondó por la mente de Carolina Rojas, quien se desempeña como relacionista pública en la Ciudad de México, en donde también renta un departamento. Sin embargo, el sismo del 19 de septiembre de 2017 le movió el interés por proteger sus pertenencias.
Lo adquirí yo (el seguro). Fue después del sismo del 19 de septiembre de 2017. Lo compré porque tengo una amiga que vivía en Colonia Roma y el sismo provocó que el departamento que estaba rentando quedara inhabitable y la mayor parte de sus muebles y pertenencias quedaron dañados e inserviblesComentó a La Razón
Este suceso la hizo darse cuenta que, si bien el departamento en el que vive no es de su propiedad, todo lo que hay dentro de éste sí lo ha comprado con su esfuerzo y dinero, por lo que se preocupó en protegerse luego de ver cómo su amiga perdió, en pocos segundos, lo que le costó años amueblar.
Rojas también creía que tener un seguro era caro, pero “al solicitar la cotización y darme cuenta que el costo de la póliza era mínimo comparado con lo que podía perder si me pasaba lo de mi amiga, no dudé en contratarlo”.
En este sentido, Carlos Islas refirió que el seguro de vivienda es de los más baratos que existe en el mercado, pues asegurar una casa con un valor de dos millones de pesos puede representar un costo para el propietario de hasta seis mil pesos al año, aproximadamente.
Compartió su experiencia sobre cuál es la respuesta más común que la gente da para no contratar un seguro. “Un señor que estaba boleando zapatos me contó que tenía su casa propia, que le había costado mucho trabajo tener. Entonces le pregunté si la tenía asegurada, y me dijo que no, porque nunca se lo habían ofrecido. Hace falta información de calidad en el mercado para asegurar sus casas”, mencionó.
Por su parte, Pablo Franyutti, responsable técnico de riesgo sencillo y hogar bien seguro en Mapre México coincidió en que hace falta dar a conocer a más personas los beneficios que ofrece tener una prima de este tipo, pues son varios los segmentos en que puede proteger a una personas.
¿DE QUÉ TE PROTEGE UN SEGURO DE VIVIENDA?
Según información de la AMIS, el patrimonio de una familia no sólo es la vivienda en su construcción, sino en todas las posesiones que guarda en ella, como bienes muebles o inmuebles.
Aunque pensemos que “no me va a pasar nada”, sabemos que con la naturaleza nada está dicho: una mañana puede temblar y luego llover. Estas situaciones pueden comprometer el patrimonio familiar con daños que ocasionen su pérdida parcial o total, ya que se encuentra amenazado por distintos riesgos.
Fenómenos hidrometeorológicos como avalanchas de lodo, granizo, helada, huracán, inundación, inundación por lluvia, golpe de mar, marejada, nevada y vientos tempestuosos también pueden quitar la tranquilidad.
Pero no sólo la naturaleza puede incidir en la seguridad de la casa, también puede presentarse un incendio, una explosión de tanques de gas, calentadores y otros aparatos que puedan causar daños e incluso un robo o asalto.
Sin embargo, existen otros riesgos que se pueden contratar en la póliza adicionalmente a los riesgos arriba mencionados, llamados extensión de cubierta, como: huelgas y vandalismo, roturas o filtraciones accidentales de tuberías o sistemas de abastecimiento de agua o de vapor; así como descargas accidentales o derrame de agua o vapor de agua.
Los daños pueden afectar tanto al inmueble como a sus contenidos propios a la casa, es decir todas sus pertenencias, muebles, aparatos electrónicos, elementos decorativos, aparatos electrodomésticos etc. Por ello es de suma importancia tenerlos protegidos mediante una póliza de seguroAMIS
También existe el seguro por daños a terceros, es decir, cuando el incidente que padezca una persona afecte a más gente, como un incendio o una inundación que provoque el inmueble asegurado.
Además, la mayoría de las aseguradoras que ofertan una póliza de vivienda brindan servicios como cerrajería, plomería, reparación de cristales, etc.
Sin embargo, también existen las pólizas que brindan instituciones bancarias al contratar una hipoteca, como la que contrató Carlos Serrano, empleado federal, que vive con su mamá y su hermana ante la situación económica actual y el trabajo que tiene en la Ciudad de México; él cuenta con una casa propia en Pachuca, Hidalgo, desde hace tres años (después del sismo) y lo contrató con la banca comercial, en conjunto con el Infonavit.
Aclaró que la prima que le ofrecieron tiene una cobertura sencilla, como aplanados o en caso de algún sismo, aunque no tiene muy claro en qué otros rubros está protegido. “Un seguro siempre te va a ser útil, porque si se te derrumba o hay una afectación aplicas el seguro”.
Respecto al costo de la prima, comentó que es necesario hacer una evaluación y cuánto demandaría obtenerlo, porque “hoy en día los ingresos no son suficientes para poder cubrir una cuota. Hay que ver las opciones en el mercado”.
“LOS SEGUROS SON PARA NO USARLOS”
Sin duda, el sismo del 19 de septiembre de 2017 retumbó en la memoria de miles de mexicanos, y a los más jóvenes les dejó un panorama de destrucción y escombro de inmuebles que redujeron a polvo el esfuerzo y vidas de muchas personas.
Datos oficiales del Gobierno federal revelan que resultaron damnificadas 250 mil personas entre los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017. Más de 180 mil 731 viviendas fueron afectadas, de las cuales, 50 mil 610 tuvieron daños totales, que afectaron a Jojutla, Morelos, y la Ciudad de México, principalmente; aunque también se vieron afectados Puebla, Oaxaca, Chiapas y Veracruz.
Tal como le ocurrió a Carolina Rojas, también Salvador Santana adquirió un seguro de vivienda tras el sismo del 19 de septiembre 2017, tras nueve años de no tenerlo, pues lleva en su domicilio, ubicado en la Colonia Nápoles, Ciudad de México, doce años; este suceso le hizo pensar que no tenía asegurado nada de su patrimonio.
Me puse a investigar el tipo de seguro que se tenía que contratar y una aseguradora me dio la explicación y lo pago cada año. Me comentó que esa práctica no es común en México, porque somos más de no asegurar nuestros inmuebles, al pensar que es caro, pero creo que vale la pena, porque si llega a pasar algo tienes un respaldoSalvador Santana.
El analista de Mapfre dijo al respecto que el pensamiento cultural en México es renuente a este tipo de temas, con “la típica actitud” de responder más por reacción que de forma preventiva; esto hace que no se conozcan sus beneficios y “cuando los conocen, la actitud normal es de a mi no me va a pasar”.
En Mapfre notaron un alza de 250 por ciento en la contratación de seguros en octubre de 2017 respecto a lo que tenían registrado en septiembre de ese año, como respuesta al miedo que derivó de una preocupación por cuidar el patrimonio de las personas. Pero conforme pasó el tiempo y no se detectó otro sismo, éstas se fueron cancelando.
Por ello, sostuvo que las pólizas deben ser más tangibles en cuanto a los beneficios del seguro de vivienda, como poner coberturas que amparen equipos móviles y electrónicos, servicio en el hogar que sean muy cotidianas, y no sólo una catástrofe.
Un análisis elaborado por Deloitte afirma que las compañías de seguros deben brindar mayor información a los asegurados al momento de contratar una póliza de seguros, sobre las características y alcances de las condiciones generales del seguro.
“En lo que se refiere al asegurado, debe exigir que se le otorgue en tiempo y forma su póliza, leyéndola con gran detenimiento para conocer realmente qué es lo que su aseguradora está cubriéndole y bajo qué circunstancias, pues en la mayoría de las veces las personas desconocen estos aspectos, principalmente cuando los seguros son parte de créditos obtenidos del sector financiero” manifestó el estudio “El seguro de vivienda, el escenario por venir”.
Salvador Santana, de 58 años y contador de profesión, que actualmente administra una empresa, rechazó que sea caro mantener un seguro, aunque en primer instancia sí lo consideró elevado; sin embargo, la asesora a la que recurrió le explicó que ante una baja demanda, los precios son altos, algo que podría revertir si más gente los contratara.
Cuando fue el temblor salimos a caminar, porque tenemos aquí a un lado la (colonia) del Valle y vimos que sí hubo vecinos que se vieron afectados. No tuve conocidos que hubieran tenido una afectación, pero una amiga de mi hermana sí vio que las paredes de los departamentos donde vive se cayeron. Creo que lo iban a reconstruir y yaSalvador Santana
Aseguró que paga al año cuatro mil 800 pesos por su póliza, lo cual le da cierta tranquilidad al sentirse respaldado de que, en caso de que suceda algo, al menos recuperará una parte de lo que pierda.
Tener un seguro no quiere decir que se tenga que usar, pues “lo mejor de los seguros es no usarlos”, afirmó Verónica Torres, quien vive en el Estado de México y nunca ha tenido que recurrir a su póliza que tiene desde hace tres años.
“Cuando es casa propia te mueve más el asegurarlo, porque dices es mi patrimonio por el que he trabajado tanto. Aunque no lo he necesitado, siempre lo tengo ahí. Es tranquilidad. En el sismo de 2017 a mí me tocó en el trabajo y fue muy fuerte, lo primero que pensé fue: mi casa, pero no tuve afectaciones”, destacó.
Señaló que al ver la situación de aquél día, en el que tuvieron afectaciones menores 37 edificios en la Ciudad de México, principalmente en el centro y sur de la capital, le dio miedo y reflexionó sobre la importancia de cuidar su casa.
“Cuando te ves en esa situación agradeces tener un seguro. Es cuidar tu patrimonio”.
MITOS Y REALIDADES
Pero se debe anotar que hay diferentes pólizas de acuerdo a lo que la gente quiere proteger. En voz de los expertos:
¿Debo ser el propietario de la casa para asegurar? No, pero siempre va a convenir asegurar la vivienda. Por un lado, si se renta un departamento todo lo que esté en el interior sí pertenecen a las personas.
¿Es caro? No, pero hay varias diferencias. No es lo mismo asegurar un departamento en una ciudad con playa, que otra más céntrica, pues depende del riesgo a los que estén expuestos. Por ejemplo, cerca del mar se está más en peligro de un huracán, y en la Ciudad de México es una zona sísmica.
“La gente es responsable de decir cuánto vale su casa, pero hay tres cosas que se deben considerar a la hora de calcular el precio: el terreno (25 por ciento del costo de un hogar), porque en caso de un siniestro a éste no le pasa nada; tampoco nada por debajo del terreno, como la cimentación (que representa 20 por ciento del valor constructivo de una casa; lo que se asegura es el valor de reposición”, afirmó Carlos Islas.
Y el último factor que no se asegura es el "de apreciación comercial”, que contempla las amenidades que ofrece el inmueble, como una vista al mar o cerca de algún centro comercial que facilite el acceso algunas necesidades.
Además, si la casa cuenta con objetos de valor no usuales, como cuadros o joyas, para recuperarlo se tiene que mostrar una factura que compruebe su existencia.
“Me quedo con la frase de mi abuelo y de mi padre: los seguros son para no utilizarse, pero cuando los necesitas ahí están y te resuelven la vida en el sentido económico y hasta estar tranquila, porque ya pasó algo, sólo pagas el deducible y yo sé que recupero mi patrimonio. La gente sí debería invertir en un seguro de casa”, concluyó Verónica Torres.