El consumo privado en julio pasado tuvo una contracción de 15.3 por ciento a tasa anual, con lo que moderó las caídas que registró en los meses anteriores, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En abril y mayo este indicador registró caídas históricas de 22.2 por ciento y 23.5 por ciento, respectivamente. Por lo que se reflejó el impacto del COVID-19 en el segundo trimestre del año, cuando se dio el confinamiento en el país.
A detalle, el consumo en bienes y servicios de origen nacional bajó 14.3 por ciento, por la reducción de 7.7 por ciento en la compra de bienes y la caída de 20.3 por ciento en los gastos en servicios.
En tanto, el consumo de bienes de origen importado retrocedió 22.7 por ciento durante el séptimo mes del año, en cifras desestacionalizadas.
En su comparación mensual subió 5.2 por ciento en julio respecto al mes inmediato anterior, con cifras desestacionalizadas. De esta forma, el consumo privado registró su segundo avance consecutivo luego de contraerse por la aparición de la pandemia de COVID-19 y por las acciones tomadas por el Gobierno para frenar esta enfermedad.
Por componentes, el consumo en bienes y servicios de origen nacional aumentó 5.4 por ciento, por el avance de 8.2 por ciento en la compra de bienes y el incremento de 3 por ciento en los gastos en servicios.
En tanto, el consumo de bienes de origen importado subió 6.4 por ciento durante el séptimo mes del año, en cifras desestacionalizadas.
JVR